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Espigas, medusas y golpes de calor: cómo un seguro para mascotas protege a perros y gatos en Ibiza

| Ibiza |

Compartir la vida con un perro o un gato en Ibiza es un privilegio. Paseos por calas, rutas entre pinares o tardes de terraza se convierten en rutina cuando los animales forman parte de la familia. Sin embargo, la isla también es escenario de incidentes frecuentes que, en cuestión de minutos, pueden llevar a cualquier mascota a una clínica veterinaria. Y lo que comienza como una excursión tranquila o un día de playa puede acabar en una factura de cientos de euros. Conocer cuáles son los imprevistos más comunes en Ibiza y cómo afrontarlos es clave para que la convivencia con animales siga siendo una experiencia feliz. Y ahí entra un factor esencial: cuidar sus mascotas con prevención y, sobre todo, con previsión.

1. Golpes de calor en cualquier época del año

El clima mediterráneo es una bendición, pero también una amenaza para perros y gatos. En Ibiza, incluso en primavera u otoño, las temperaturas y la humedad pueden provocar un golpe de calor en cuestión de minutos. Basta con un paseo bajo el sol sin sombra suficiente, un coche mal ventilado o un esfuerzo intenso en horas centrales. Los síntomas (jadeo excesivo, apatía, vómitos) obligan a acudir de inmediato al veterinario. El tratamiento puede incluir sueros, hospitalización y control constante, lo que dispara los costes. Contar con una póliza que cubra este tipo de urgencias significa, simplemente, ganar tiempo y tranquilidad para actuar sin pensar en la factura.

2. Espigas: el enemigo silencioso de los paseos rurales

Entre mayo y septiembre, cualquier caminata por zonas rurales de la isla puede convertirse en un problema. Las espigas —esas semillas alargadas y secas— se introducen en orejas, nariz o entre los dedos de los animales, provocando infecciones dolorosas e incluso lesiones internas si migran hacia órganos vitales. Extraer una espiga a tiempo puede ser sencillo, pero si se complica requiere anestesia y cirugía, con un coste elevado. Es uno de los motivos de consulta más habituales en clínicas de Ibiza, y un recordatorio de que la naturaleza, aunque bella, también tiene sus riesgos.

3. Medusas y restos en las playas

Las calas ibicencas son tentación pura para perros curiosos. El problema llega cuando pisan una medusa varada, se lamen la piel irritada o ingieren objetos abandonados en la arena. Desde intoxicaciones leves hasta heridas infectadas, no son pocos los casos que acaban en consulta tras un día de playa. El tratamiento depende de la gravedad: desde antiinflamatorios hasta intervenciones para extraer cuerpos extraños ingeridos. Y, en cualquiera de esos escenarios, el coste económico puede arruinar el recuerdo de un paseo idílico. La prevención y una cobertura veterinaria adecuada hacen la diferencia.

4. Accidentes de tráfico en carreteras y caminos

Ibiza es una isla de motos y carreteras estrechas, donde los accidentes con animales son más frecuentes de lo que parece. Gatos que cruzan de improviso, perros que se sueltan de la correa o atropellos en zonas rurales… Son situaciones que, por desgracia, muchos propietarios conocen de cerca. Las consecuencias van desde fracturas hasta cirugías ortopédicas complejas. Hablamos de tratamientos que, en ocasiones, superan fácilmente el millar de euros. En estos casos, tener un respaldo económico que permita tomar la mejor decisión médica y no la más barata es un verdadero salvavidas.

5. Intoxicaciones accidentales en el hogar o en fincas

Otro de los grandes clásicos en Ibiza son las intoxicaciones por veneno o sustancias tóxicas. Perros que ingieren cebos en fincas rurales, gatos que muerden plantas ornamentales peligrosas o mascotas que prueban productos de limpieza en casa. El diagnóstico rápido es crucial, y en muchas ocasiones requiere pruebas analíticas, hospitalización y tratamientos intensivos. No solo está en juego la salud del animal, también la tranquilidad del propietario que, sin una preparación previa, se enfrenta a gastos que desestabilizan cualquier presupuesto.

Prevenir está bien, prever es mejor

Nadie puede evitar al cien por cien estos riesgos. Por mucho cuidado que se ponga, la naturaleza curiosa de perros y gatos los expone a accidentes y enfermedades. Lo que sí está en nuestras manos es cómo reaccionar cuando ocurre. Aquí es donde entra en juego el seguro veterinario. Por una cuota mensual, permite cubrir desde consultas rutinarias hasta urgencias y cirugías.

En compañías especializadas como Santevet, las pólizas se adaptan a cada caso y dan la tranquilidad de saber que lo económico no será nunca un obstáculo para dar a tu animal la mejor atención. En otras palabras: un seguro no evita que tu perro se clave una espiga en Santa Gertrudis o que tu gato se intoxique en una finca de Sant Josep, pero sí garantiza que reciban la mejor atención sin que tu cuenta corriente tiemble.

Cuidar a una mascota en Ibiza, una responsabilidad compartida

La convivencia con animales en la isla es un privilegio que conlleva compromiso. No basta con pasearlos, alimentarlos o darles cariño. También implica prever cómo actuar cuando surgen imprevistos. Cuidar a sus mascotas significa asumir que la salud de perros y gatos merece la misma seriedad que la nuestra. Y en un entorno como Ibiza, donde la naturaleza y la vida social ofrecen tantas oportunidades como riesgos, contar con un seguro veterinario deja de ser un lujo para convertirse en un acto de responsabilidad.

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