Las fuertes lluvias que cayeron en la madrugada del sábado al domingo obligaron a los ayuntamientos de Sant Josep y Sant Antoni a reforzar la coordinación con los principales locales de ocio nocturno de la isla, en plena celebración de los ‘closings’.
Vicent Roig, alcalde de Sant Josep, explicó que, ante la declaración del nivel 2 de emergencia por inundaciones, el consistorio remitió avisos formales a los establecimientos privados recordando que «lo mejor sería suspender sus actividades» y que, en caso de continuar, debían activar sus planes propios de emergencia. «Cada local tiene la obligación de garantizar la seguridad de las personas que entran y salen del establecimiento», señaló.
«Había una fuerte presencia de efectivos para prever cualquier incidencia», apuntó, señalando que hasta casi las dos de la madrugada hubo supervisión policial en Platja d’en Bossa.
En Sant Antoni, el Ayuntamiento comunicó a la dirección de una discoteca de Sant Rafel la situación de alerta y la necesidad de extremar las precauciones. Según ha explicado Marcos Serra, alcalde del municipio, se advirtió formalmente a los gestores de que, si no podían garantizar la seguridad de los asistentes, debían cerrar. «A las nueve y media de la mañana estuve en el local hablando con la dirección. Había centenares de personas sin poder salir porque el transporte público estaba paralizado y apenas había taxis», ha explicado. Ante esa situación, el consistorio colaboró con la discoteca para habilitar autobuses excepcionales que permitieran el desalojo de los asistentes, siempre a cargo de la empresa.
El alcalde subrayó que el Ayuntamiento de sant Antoni «no tiene competencia para ordenar el cierre del local, pero sí para advertir de la alerta y recomendar la suspensión de la actividad». También indicó que las reuniones de emergencia se celebraban cada dos horas para evaluar la evolución de las lluvias.
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