La sostenibilidad del modelo turístico y el impacto de este sobre el fondo marino ha sido el objeto de debate de la jornada en el Foro Marino, celebrado durante la mañana de este miércoles en el Teatro Pereyra. El papel del sector turístico, su posible papel para conservar el medio marino y una cuestión tan trascendental para el futuro de la isla como el de si hay que empezar a poner límites al modelo que impera en Ibiza han sido las principales cuestiones que se han abordado en una mesa redonda en la que han participado diferentes expertos del sector.
Un sector turístico que todavía «está empezando a ser consciente de la importancia que tiene para la conservación del fondo marino», aseguró Catalina Alemany directora de Responsabilidad Social Corporativa de Riu Hotels. Y es que en su opinión queda todavía mucho trabajo por hacer «porque históricamente se ha pensado que la responsabilidad como empresario termina en las puertas de tu negocio, y eso no es así, tiene que ser responsable de todo el entorno».
Para ello, Alemany explicó una metáfora que define como la del «mal vecino», para referirse al sector turístico. «El turismo es un mal vecino, de la comunidad y del entorno natural y tenemos que convertirlo en un buen vecino, y eso requiere cambios, no solo de operar, sino también de relacionarnos con otros vecinos», apuntó.
Para Sandra Espeja, de Alianzas Estratégicas de la fundación Marilles, el sector turístico siempre ha estado muy enfocado en lo meramente empresarial: el producto, la experiencia del cliente o la reducción de costes. Por ello, «es importante que dentro del sector haya voces que visualicen la necesidad de cuidar el entorno». Y no solo por los valores puramente medioambientales sino porque «se trata del destino y sin destino no hay negocio, por lo que todo está conectado».
En este sentido, señaló Anna Carbonell que ya hay a día de hoy ejemplos de pérdidas en el sector turístico por no haber protegido el medioambiente. «A día de hoy nos encontramos con que hay negocios que ni tan siquiera saben qué consumo energético tienen. Estamos en una fase muy inicial en cuanto a la concienciación se refiere». Estas jornadas son tan importantes, prosiguió explicando Carbonell, precisamente por «el miedo que la gente sigue teniendo para hacer cosas. La sensibilización y el compartir la información es básico».
El aumento de la presión antropogénica, según explicaron, conlleva un aumento en cuanto a la necesidad de infraestructuras para la isla. Unas infraestructuras que consideran deberían impulsarse mediante impulso privado «porque es precisamente el sector privado el que se beneficia tanto de este entorno como de estas infraestructuras, por lo cual no sería justo que fueran asumidas de manera exclusiva por el sector público », aseguró Espeja.
Unas infraestructuras que en esta isla son deficitarias en la isla para hacer frente a semejante afluencia de gente, defiende Alemany. Para ello, consideró que desde el sector turístico se tendría que empezar a impulsar que fuera este el que realizara el tratamiento de los residuos o las aguas residuales, como ya sucede en otros sectores como, por ejemplo, el industrial.
En todo caso, no es solo una cuestión de seguir creciendo en infraestructuras «sino plantear cual es la posibilidad de carga que pueden actuar las infraestructuras públicas y poner ahí el limite», aseveró Espeja. El motivo de esta afirmación es que, con los recursos limitados de nuestra isla, «no podemos crecer de manera infinita para dar respuesta al infinito deseo del turista de venir a la isla».
Igual que antes con el mal vecino, Alemany volvió a tirar de metáfora para reflexionar sobre la situación turística en Ibiza: «la isla debería ser como un teatro. Si está todo vendido, se cuelga el cartel de aforo completo. Nosotros debemos empezar a pensar en nuestra isla como un lugar en el que colgar el cartel de aforo completo». Y es que esta sobrecarga, según apuntó, también condiciona la experiencia de las islas «que ya proyecta una imagen de saturación».
Por último, Carbonell llamó a tener visión de futuro sobre el modelo turístico «porque el hecho de no querer cambios en base al beneficio económico que se puede tener hoy no deja ver la pérdida que puede suponer a medio plazo», según concluyó.
Sin duda, el cartel de Ibiza del aeropuerto está a plena capacidad, todos los días.