Marga Torres vive en el humedal de Ses Feixes del Prat de ses Monges. Desde hace algunos años su parcela se ve anegada por aguas fecales que llegan hasta el interior de la vivienda. «Tengo una piscina de fecales en mi propia casa», lamenta en conversación con Periódico de Ibiza y Formentera, «las dos alcantarillas de la carretera de Talamanca y el tanque de tormentas se desbordan cada dos por tres y llega todo hasta mi casa. Es insoportable. Es un atentado contra las personas».
Las inundaciones de las últimas semanas han agravado la situación. Pero, asegura, «es que sin lluvias también sucede. Y con poca agua, como este jueves, lo mismo». La construcción del tanque de tormentas y «la ampliación» de un conocido hotel de la zona son, en su opinión, los factores que explican esta situación. «El tanque de tormentas», asegura indignada, «se lo pueden meter por donde les quepa porque no sirve para nada. Entre el tanque y la ampliación del hotel, esto ha ido a peor. Las salidas al mar están cerradas y las aguas fecales acaban aquí. Las acequias van hasta arriba y rebosan porque no hay salida al mar. Esto no se ve en ningún sitio, no es normal».
Análisis de las aguas
La situación está tan al límite que Torres ha encargado un análisis de las aguas que constantemente anegan su terreno y llegan hasta el interior de su vivienda. El resultado es demoledor: las bacterias coniformes multiplican por cinco el límite admisible. El recuento, según el documento al que ha tenido acceso Periódico de Ibiza y Formentera, es de 1.000 unidades formadoras de colonias (ufc) en 100 mililitros de agua. El límite admisible, según el mismo documento, es de 200 ufc por 100 mililitros.
«Es una salvajada», asegura, «no sé qué hacer ya. Hemos denunciado un montón de veces lo que nos está pasando y nadie hace nada. Después de las inundaciones del 30 de septiembre, avisamos a la Policía Local y el Aqualia envió un camión. Sacaron 30 toneladas de aguas fecales. Tiene que haber alguna manera de que esta gente, el Ayuntamiento, quien sea, haga algo».
Foto: Moisés Copa
La Asociación de Vecinos de Talamanca también encargó un análisis de las aguas del humedal el pasado mes de septiembre, antes de que la DANA inundara la ciudad. La presidenta de la entidad, Ana Lledó, explica que se encargó este análisis en vistas de que los vertidos de fecales estaban llegando al lugar incluso sin llover y sin que se produjeran vertidos de la depuradora. En este caso, se analizaron muestras procedentes de la playa y de una de las acequias con resultados muy similares.
«Vamos a denunciar esto y vamos a llegar hasta donde haga falta», advierte Lledó, «esto es un delito contra la salud pública. Estamos hablando de que lo que corre por aquí es pura mierda». La presidenta de la asociación tiene claro que los vertidos proceden de la red de alcantarillado y del tanque de tormentas. «Ese tanque nos ha dado más problemas que alegrías», lamenta, «antes de que lo construyeran aquí había algunos cultivos pero, desde que lo hicieron, todo ha desaparecido. Empezaron salinizando el agua y ahora tenemos aquí fecales cada dos por tres».
Red de alcantarillado
En opinión de Ana Lledó, «antes de dedicar dinero de la ecotasa a que los hoteles abran el invierno, deberían gastarlo en arreglar cosas como la red de alcantarillado, que está fatal y todo rebosa por todos los lados».
«Ha llegado a un punto en el que no hace falta que llueva para que salgan aguas fecales y esto tiene que acabar», asegura Lledó. Por este motivo la Asociación de Vecinos de Talamanca prepara una denuncia contra el Ayuntamiento de Ibiza y la empresa pública Aqualia: «Iremos a donde sea porque esto es un delito contra la salud pública. Es todo mierda. Cuando sucedieron las inundaciones del 30 de septiembre, la Policía Local y Protección Civil cortaron el acceso desde Talamanca porque todo eran aguas fecales. Y, lo peor, se dio la orden de no abrir la compuerta para evitar que la mierda llegara al mar. Lo que nosotros tenemos claro es que esto tiene que acabar y que el Ayuntamiento ha de abrir un mínimo de dos salidas al mar desde esta zona para que este problema deje de suceder».
Osea, no son feixes, como siempre nos han dicho, son simplemente charcas de mierda, aún después de las sucesivas y caras obras llevadas a cabo durante los últimos 40 años, por los sucesivos gobiernos locales, con pasta de todos nuestros impuestos, de los de todos los españoles, y las numerosas ayudas procedentes de la UE. Debería caerles a todos la cara de vergüenza.