Lourdes García Orvay (Ibiza, 1975) es licenciada en Pedagogía y Psicopedagogía por la UIB. Tras más de dos décadas trabajando con colectivos vulnerables en el ámbito de la discapacidad, asumió la dirección de la Oficina de la Dona en un momento especialmente complejo: el aumento de mujeres víctimas de violencia de género, la presión sobre la vivienda y el incremento de casos de violencia psicológica entre las jóvenes. Con ella, Periódico de Ibiza y Formentera analiza cómo viven hoy las mujeres víctimas de violencia machista en Ibiza, qué apoyos existen, cuáles faltan y hacia dónde deben ir las políticas públicas. Esta entrevista tiene lugar tras la presentación de los datos de la Oficina de la Dona en el Consell d’Eivissa.
- En la rueda de prensa se ha destacado el aumento del número de mujeres víctimas de violencia de género atendidas en los hogares de acogida de Ibiza. Están los centros de primera acogida y media estancia y pisos puente. ¿En qué punto del proceso de recuperación se sitúan los pisos puente?
- Las mujeres, aunque todavía están haciendo un proceso, tienen que ser más autónomas económicamente en los pisos puente. Es como un centro intermedio entre el servicio de urgencia y el recurso regular. Cuando una mujer llega a un centro de primera acogida está en plena situación de crisis y con un grado de vulnerabilidad muy alto. El piso puente es ese momento intermedio en el que empieza a reconstruir su vida. Aún no están del todo listas para vivir solas, pero ya no requieren las mismas atenciones ni la misma intensidad de apoyo psicológico que al principio.
- Dejar de necesitar estos recursos asistenciales debe ser difícil para algunas usuarios debido al problema de la vivienda en Ibiza. ¿Desde la Oficina de la Dona se gestionan con propietarios alquileres más accesibles para estas mujeres?
- No, nosotros no tenemos ningún programa de este tipo. Sí que es una gran preocupación para el servicio y se está intentando, tanto a nivel de la administración como a través del tercer sector, implantar algún tipo de proyecto, subvención o ayudas para cubrir estas necesidades. Los propietarios son muy complicados a la hora de alquilar una vivienda a mujeres víctimas de violencia de género con niños.
- ¿Todos los recursos habitacionales que ofrece el servicio son temporales?
- Sí, la estancia es siempre temporal. El servicio de acogimiento es un recurso que permite seguir avanzando, pero la dificultad de la vivienda en la isla, que también podemos tener nosotras, para ellas es un gran problema añadido porque están en una situación de vulnerabilidad y, además, cuando tienes hijos, es mucho más difícil. Es lo que nos están transmitiendo las usuarias que buscan alojamiento. Nos dicen que el acceso a una vivienda es cada día más complicado. Por este motivo, tenemos muchos casos donde la opción es compartir piso, e incluso muchas deciden irse a vivir a la Península. Hay una mujer que, por ejemplo, tras realizar todo el proceso de acogimiento se fue al norte de España y ha abierto un agroturismo. Aquí en Ibiza eso sería prácticamente imposible.
«Es llamativo que la mitad de las mujeres que atendemos sean ibicencas o de la Península».
- En la rueda de prensa también se abordó el perfil de las víctimas, destacando que, de las 533 mujeres atendidas en el programa psicológico principal, 238 son españolas y 254 extranjeras.
- Sí, es llamativo que la mitad de las mujeres que atendemos sean ibicencas o de la Península. Es verdad que la mayoría de personas atendidas en los hogares de acogida son extranjeras porque son mujeres que no tienen ningún otro recurso. Las usuarias de la isla suelen tener una hermana, una buena amiga o un familiar disponible que te acoge. Cuando no lo tienes, es cuando llegas a este programa.
- ¿Estas mujeres ingresadas en los centros de acogida acceden al resto de programas que ofrece la Oficina de la Dona?
- Sí. Estas usuarias también acceden al programa de atención psicológica para ellas y para sus hijos, al programa de asesoramiento laboral y legal. Pueden formar parte de cualquier servicio en función de sus demandas. Buscamos cubrir todas las necesidades de las usuarias. Hay veces que intentas realizar algunas gestiones de manera diferente. Por ejemplo, en el tema de la conciliación. Para estas mujeres que viven en hogares es muy complicado porque, cuando tienes un niño pequeño y estás sola, no te puedes poner mala. Además, muchos horarios de trabajo son complicados. A esto le sumas que los niños han vivido la violencia y llevan mucha carga por ser hijos de víctimas.
- Además de lograr esta conciliación, ¿se está trabajando en algún proyecto social importante a corto y largo plazo?
- El servicio de 24 horas de atención a víctimas de agresiones sexuales es un proyecto de apertura inminente. Es un proyecto muy importante e interesante. Está adjudicada la entidad prestadora y esperamos que esté abierto este servicio el mes que viene. Ha resultado complicado encontrar locales y conformar equipos, pero, finalmente, es una realidad. Se podrán atender las agresiones sexuales desde aquí durante las 24 horas, siendo presencial desde las 8:00 hasta las 20:00 horas. El resto de horas será una atención telefónica con desplazamiento al lugar para atender a las víctimas en los casos que sea necesario. También se incluye atención a mujeres adultas víctimas de abuso sexual en la infancia, que, actualmente, se realiza a través de un servicio que está en Palma.
- ¿Cuántos trabajadores conforman la Oficina de la Dona? ¿Falta personal para poder cubrir las necesidades actuales?
- Ahora mismo el servicio está bien cubierto. Yo estoy en la Oficina de la Dona desde siempre. Soy técnica de servicios sociales; antes trabajaba con personas con discapacidad y desde hace un tiempo soy la directora de este servicio. Siempre falta personal porque siempre hay más posibilidades de hacer más cosas. Desde ese punto de vista, si la plantilla fuese más extensa, plantearíamos más proyectos y programas o se podría reducir la lista de espera, aunque para ser un servicio público no tenemos una gran lista de espera en comparación con los servicios sanitarios. Actualmente, como equipo técnico, hay tres trabajadoras sociales. Una de ellas se ocupa más de las llegadas y de atender las derivaciones. También se encarga de cribar la demanda y redirigir el caso al programa oportuno. Otra trabajadora social es la responsable técnica del servicio de acogida y la tercera hace las funciones de técnica de igualdad en el Consell. También tenemos una asesora legal, un equipo de tres psicólogas y el equipo de atención directa en el servicio de acogida. Son seis auxiliares, aunque espero la incorporación de una profesional más para el año que viene.
«Cada situación es personalizada porque cada casuística es diferente».
- ¿De qué manera se coordina este equipo para ofrecer a las víctimas un atención personalizada?
- Nos suelen llegar casos a través de derivaciones: desde los juzgados, los cuerpos policiales o sanidad. Si no es una urgencia que nos llegue directamente desde los hogares de acogida porque ha habido una agresión o una denuncia, se suele hacer una valoración técnica por parte de la trabajadora social y luego una posterior derivación en función de la demanda que haya. A veces vienen buscando una orientación legal sobre una separación, sobre una cuestión de custodia de medidas civiles o sobre una cuestión laboral. Las víctimas que hablan de violencia y quieren ser atendidas, pasan al programa de atención psicológica para adultos y niños, si tienen hijos.
Muchas nos hacen la solicitud de acogimiento tras una denuncia en los juzgados y vienen directamente a los hogares de acogida. Cada situación es personalizada porque cada casuística es diferente. Vienen mujeres sin hijos, con niños, en situación irregular, con más ingresos, con menos, con problemas de salud, sin apoyo, con redes de apoyo o con otras problemáticas asociadas.
- Es importante destacar todas las vías de acceso que tienen las mujeres para poder ser derivadas a la Oficina de la Dona y ser atendidas en los diferentes programas, especialmente desde los juzgados, el servicio de salud y servicios sociales. ¿Qué más vías hay?
- Por ejemplo, desde las entidades del tercer sector y la organización Médicos del Mundo. También nos han llamado directamente amigos de la víctima solicitando nuestra ayuda, incluso los propios hijos mayores, que han animado a la madre a venir después de muchos años sufriendo violencia de género. Hay muchas formas, muchas vías de llegada.
- Me ha llamado la atención en la rueda de prensa cómo una de las diapositivas señalaba que las derivaciones desde los centros educativos son mínimas, cuando la violencia machista entre los jóvenes ha aumentado.
- Sí. Es baja porque desde los centros educativos se contacta directamente con el Servicio de Sensibilización, Prevención y Atención en Materia de Igualdad del Consell d’Eivissa porque este centro cada vez está más orientado hacia la promoción de la igualdad, la prevención de violencias machistas y coeducación. Este servicio hace mucho tiempo que está presente en todos los centros educativos de Primaria y de Secundaria de la isla. Normalmente, cuando se identifica algún tipo de situación de violencia, se gestiona a través de los profesionales de este equipo.
- Es importante sensibilizar durante la adolescencia porque la violencia de género aparece cada vez a edades más tempranas.
- Exacto. De hecho, este Servicio de Sensibilización, Prevención, Atención en Materia de Igualdad del Consell, prestado por una empresa, es un servicio muy potente. Creo que ahora mismo tienen seis profesionales que se dedican a hacer actividades de sensibilización y de prevención en centros educativos y, a veces, también fuera de los centros, que está dirigido a profesionales. El esfuerzo en prevención es importante y necesario porque cada vez la violencia empieza en edades más tempranas.
«Se ha normalizado mucho compartir con tu pareja tu ubicación con el móvil o las contraseñas de las redes sociales».
- Algunos jóvenes normalizan la violencia psicológica en las relaciones. Un maltrato que, según se ha destacado en la rueda de prensa, es la antesala de la violencia física.
- Hay como una especie de regresión hacia el cuestionamiento de la igualdad y de los derechos, y se ha llegado a una normalización de las relaciones controladoras. Por ejemplo, se ha normalizado mucho compartir con tu pareja tu ubicación con el móvil o las contraseñas de las redes sociales porque no hacerlo sería visto como una falta de confianza y amor. Por ello, desde el Servicio de Sensibilización y Prevención están trabajando intensamente, también con las familias. Intentan que el peso de la socialización de género sea más relajado, así como el tema de la coeducación y la corresponsabilidad con el objetivo de subir estos valores.
- ¿Sufrir violencia de género es un factor determinante para desarrollar problemas de salud mental?
- Cuando una mujer sufre violencia machista repercute a nivel de salud mental. Lo mismo ocurre con los niños, que son víctimas directas de la violencia que viven cuando un hombre agrede a su madre. Ellos sufren y padecen esta violencia, la interiorizan y les crea problemas emocionales, de conducta y rendimiento escolar, incluso problemas de salud física.
- De ahí la importancia del programa de atención psicológica para hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género de la Oficina de la Dona.
- Sí. Además, este año hemos recibido una subvención extra para atenderlos por parte del Ministerio de Igualdad. Hemos podido contratar un servicio especial para reforzar esta atención psicológica a través de la psicomotricidad, sobre todo para medidas más tempranas. Es una forma de mezclar el ocio terapéutico con la salud.
- ¿Cree que las mujeres han perdido el miedo y la vergüenza a denunciar que son víctimas de violencia de género?
- Depende del caso. Sí que es verdad que se denuncia más y hay mayor conciencia. Sin ir más lejos, aunque sea un dato reducido, dos mujeres de más de 75 años de Ibiza han pedido ayuda, reivindicando que no tienen por qué sufrir violencia. La gente mayor son las personas que más tienen que alzar la voz porque son las que han crecido en una época en la que esta violencia no era delito. Era una situación que tenías que aguantar, que tenías que vivir porque estaba interiorizado, incluso se culpabilizaban por no ser buena mujer. Es importante que también alcen la voz y que se reivindiquen. El cambio de perspectiva social que ha habido al pasar de la violencia doméstica al pensamiento actual sobre lo que es la violencia de género tiene mucho que ver con el trabajo de los medios de comunicación. Nuestro trabajo es más de concienciación para visibilizar la gravedad, diversidad y el impacto de las diferentes violencias machista. Entre ellas, la trata de mujeres con fines de explotación sexual. En este sentido, la sociedad no está concienciada.
- Por último. ¿Hay algún proyecto importante que la Oficina de la Dona considere muy necesario?
- Especialmente, sería importante un proyecto relacionado con el problema de la vivienda. Actualmente hay un acuerdo entre el IBAVI y el IBDona para la cesión de pisos, pero es un proyecto casi anecdótico en función de la amplitud que tiene esta dificultad y la cantidad de personas que necesitan una vivienda. La verdad es que esta situación nos preocupa mucho.
Piter IbizaMenudos comentarios que te gastas, gachón. Que buena falta te hace un reacondicionamiento..