Teatro Ibiza, enclave fundamental para la música en vivo, cierra sus puertas tras cinco años de actividad. Esta decisión es un jarro de agua fría para el panorama musical de la isla, que se queda sin uno de los escasos recintos que mantenían una oferta constante de actuaciones en directo a lo largo de todo el año.
Este establecimiento, situado en el puerto de Ibiza, permanecía inactivo desde hacía semanas a causa de las inundaciones ocasionadas por la dana 'Alice', que el pasado 11 de octubre anegó el barrio de Es Pratet. A raíz de estos sucesos el espacio no pudo reanudar su funcionamiento con normalidad.
Desde su inauguración, Teatro Ibiza se erigió como el sucesor legítimo del emblemático Teatro Pereyra, que durante décadas fue propiedad de la familia Harmsen, quienes hubieron de echar el cierre al Pereyra por la finalización del contrato de arrendamiento que contrajeron con la familia Matutes. Tras años de litigio, los Harmsen decidieron optar por una arriesgada apuesta: abrirían un nuevo local, pero con el mismo espíritu. El resultado: un local con una propuesta cultural ininterrumpida y de alto nivel. Bajo la batuta de Juangui Harmsen, el recinto programaba asiduamente noches de música en directo de todos los géneros: jazz, soul, blues, funk, rock and roll y punk, entre otros. Su escenario acogió tanto a artistas locales como internacionales y se convirtió en un oasis para los amantes de la música.
Más allá de su faceta musical, Teatro Ibiza se transformó en un auténtico epicentro social y cultural. En su interior se llevaron a cabo presentaciones literarias, ciclos de conciertos, jornadas temáticas y actividades culturales promovidas tanto por entidades públicas como privadas.
La banda residente The Groove Machine, integrada por músicos tan valorados como Gabriel de Miranda y Matteo Crocetti, fue una de las claves para que la sala se consolidara como un referente para la comunidad artística local.
La clausura ha provocado una profunda consternación entre la población local, quienes hallaron en Teatro Ibiza uno de los escasos escenarios permanentes de la isla. A este respecto, el consagrado músico Joan Barbé expresó su sentir en las redes sociales: «Qué noticia más mala para la música en Ibiza el cierre de mi querido Teatro Ibiza. Uno de los pocos lugares que quedaban en la isla donde escuchar música en vivo de calidad durante todo el año. Como músico y espectador encontré allí un refugio lleno de buen rollo y buena gente». Barbé agradeció al personal del local y dedicó palabras de aliento a Juangui Harmsen: «Deseo, espero y sé que mi estimado e incombustible Juangui pronto nos devolverá la felicidad. Això és només una aturadeta…».
La desaparición de Teatro Ibiza deja una brecha considerable en la propuesta cultural de la ciudad en un momento en que escasean los recintos dedicados en exclusiva a la música en directo.
Hasta la fecha, no se ha comunicado el destino del inmueble ni si se contempla la posibilidad de un nuevo emprendimiento musical. No obstante, en el ámbito cultural prevalece la esperanza de que esta clausura no sea irreversible y que pueda gestarse una nueva etapa bajo el impulso de Juangui Harmsen.
VicentPues en parte tienes razón: El Teatro Ibiza tal y como estaba en cuanto a calidad de sonido, ambiente, decoración, cuidado y calidad musical, pertenecía más a la oferta cultural de cualquier capital europea que se digne. Ya les gustaría a muchas salas de renombre por Madrid y otras capitales tener el nivel que tenía el Teatro. Ojalá Juangui pueda encontrar un nuevo sitio donde podamos volver a reunirnos todos otra vez y disfrutar la vida.