Tras una semana marcada por mal tiempo en el mar, los puestos de pescado del Mercat Nou de Ibiza comienzan a retomar actividad, aunque todavía con tímida normalidad. «Hoy tenemos algo más de cantidad, pero no mucho, la verdad: lo justo para algunos antojos», explicaba Maria desde su puesto, Pescados Vicente, del Mercat Nou. Sin embargo, el mar de fondo aún persiste, de modo que «no sabemos cómo irá los próximos días».
Según cuentan, en los últimos días solo han podido salir al mar «algunos llaüts pequeños», ya que los barcos grandes han tenido que quedarse amarrados en el puerto. Los que sí han faenado han traído calamar de potera, déntol, rascassa y algún anfós, pero «llega con cuentagotas». Estas capturas, modestísimas, alcanzan solo para cubrir las esperanzas de quienes buscan un producto fresco puntual, no para un abastecimiento regular del mercado.
La causa
La causa principal de esta escasez, insiste la pescadera, está en el oleaje y las condiciones adversas en el mar. Esta situación no es exclusiva de este puerto: en toda la zona de las Pitiusas se ha registrado una reciente alerta meteorológica por viento y mar agitada.
Según la previsión más reciente de Aemet, para estas islas se esperaba viento del norte–noroeste de entre 50 y 60 km/h, con mar combinada (oleaje + mar de fondo) con olas cercanas a los 3 metros.
Al mismo tiempo, los datos de predicción de mar para el área de Ibiza muestran condiciones de «marejadilla» a «marejada» con alturas de ola entre 0,5 y 1 metro, viento intenso en horas de mañana y mar rizada o con oleaje débil hacia la noche.
Foto: Toni P.
Para el marisco, peces y cefalópodos de costa —aquellos que habitualmente abastecen los mercados locales—, estas condiciones suponen un verdadero freno: los barcos más grandes no pueden faenar, y los pequeños sólo se arriesgan en días de calma relativa, con resultados muy variables.
El impacto de esta pausa en la pesca es palpable en el mercado local del municipio de Ibiza. Muchos de los puestos se han quedado con existencias mínimas y los pescadores trasladan a Periódico de Ibiza y Formentera la sensación de inestabilidad: «Lo que hay llega justo, y no sabemos si la próxima entrada será buena».
La escasez de pescado fresco no solo afecta a los consumidores habituales, sino también a quienes compran por impulso, en busca de un plato especial. Es probable que el precio tienda a subir, o que haya menos variedad en los puestos, y especialmente un descenso de especies como el calamar «de potera» o pescados de roca, habituales en la pesca artesanal costera.
Para muchos habitualmente asiduos al Mercat Nou, esta semana representa algo más que una compra: es una espera. Una espera a que el mar se calme, a que los barcos puedan volver a faenar, y a que la cesta de la compra recupere cierta normalidad.
La previsión meteorológica y marítima arroja algo de esperanza, aunque con cautela. Para los próximos días, distintos modelos de predicción local indican que el mar tendería a calmarse. En el pronóstico para Ibiza, se prevé en un futuro inmediato una «mar calma» con viento débil en su mayoría, lo que podría facilitar salidas de pesca más estables si se mantienen estas condiciones.
Sin embargo —y la experiencia reciente lo demuestra— esta recuperación podría no ser uniforme: aunque algunos días ofrezcan buenas condiciones, el mar de fondo podría persistir en días posteriores, y complicar la labor de los barcos.
La escasez de pescado fresco estos días en el Mercat Nou de Ibiza no responde a una bajada de demanda, sino a las dificultades que impone el mar bravo. Los efectos de una semana de temporal —viento, ola, mar de fondo— se traducen en pocas capturas: las suficientes para antojos puntuales, pero insuficientes para un abastecimiento regular y mucho menos para adelantar compras navideñas.