La historia se repite: la llegada de una perrita caniche sin historial de vacunación procedente de Argelia a la costa de Santa Eulària ha hecho saltar las alarmas en el Centre de Protecció d'Animals Domèstics (CEPAD). El protocolo es claro: ante la duda, el animal ha de ser sacrificado para evitar un brote de rabia que podría devenir en una epidemia en la isla. Sin embargo, tras la adopción de Ikram, la perrita que este verano llegó desde Argelia, el partido animalista Pacma ha pedido al CEPAD que paralice el sacrificio del animal, alegando que en hay otras vías posibles.
Según el partido ecologista, Víctor Colomar, el polémico técnico veterinario del CEPAD y responsable de la gestión de especies invasoras en la isla que este verano tuvo que cambiar a 'privada' la configuración de su cuenta de Instagram tras una lluvia de ataques que recibió por publicar un post en el que cargaba contra 'los tarados del dios gato' y hacía gandilocuentes amenazas, tiene entre ceja y ceja la idea de sacrificar al animal. Por su parte, el Ayuntamiento de Santa Eulària ha redactado un escrito de alegaciones al sacrificio de la cachorra, ya que, según el Consistorio, «existen precedentes en el territorio nacional en el que se utilizan protocolos alternativos ante animales llegados de países con rabia endémica, como es el caso de los refugiados procedentes de Ucrania, además de que el animal no presenta sintomatología clara y detectable de tener rabia», según informaron a Periódico de Ibiza y Formentera.
En este punto es importante recordar la recogida de firmas en change.org que distintos técnicos de medio ambiente lanzaron exigiendo la destitución de Colomar, tras afirmar que «la lagartija pitiusa no se está extinguiendo» y otros convenientes mensajes lanzados desde el altavoz que le proporciona ser uno de los máximos responsables del CEPAD en las Pitiusas. Además, en 2019, en la misma plataforma se realizó otra recogida de firmas contra él, en el que se le señala como responsable de la muerte de más de 800 gatos en la isla de Ibiza.
En cuanto a la perrita que el Govern, entre ellos Víctor Colomar, quieren sacrificar, se trata de una cachorra de caniche mestizo de entre 3 y 4 meses de vida. El animal llegó a Ibiza en patera con una familia de migrantes el 12 de diciembre de 2025 y carecía de la documentación sobre las vacunas que había recibido hasta el momento, según confirmó la Policía Nacional. La barca procedía presuntamente de Argelia, un país dónde la enfermedad de la rabia es endémica.
La perra pasó a estar en situación de aislamiento en las instalaciones de la Fundació Natura Park. Los veterinarios del centro han redactado un informe a la dirección general de Salut Ambiental del Govern de les Illes Balears, que resolvió el 17 de diciembre que el animal debía ser sacrificado. Aunque el documento aún no ha sido enviado, los técnicos del Ayuntamiento de Santa Eulària esperan que el Govern, de quien depende Natura Park y el CEPAD, se apiaden de la vida de la perrita y les permitan, tal y como hicieron con Ikram, darla en adopción tras pasar una larga cuarentena y cerciorarse de que el animal no ha contraído la rabia ni ninguna otra enfermedad.
El departamento de Medio Ambiente ha llegado a un acuerdo de colaboración con una fundación animalista para seguir el protocolo propuesto si la Conselleria acepta las alegaciones. En este caso, el Ayuntamiento costeará la infraestructura necesaria para tener en aislamiento al caniche y hacer el seguimiento veterinario, según afirmaron fuentes del Ayuntamiento de Santa Eulària, lo que permitiría salvarle la vida a la perrita hasta que pase la cuarentena para poder ser posteriormente dada en adopción, tal y como sucedió con la perrita Ikram.
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