Con un transfondo mafioso, el empresario alemán Manfred Meisel, su hijo Patrick, de 9 años, y la empleada del hogar Claudia Leinstein aparecieron asesinados el 12 de noviembre de 1997 en una finca de s'Aranjassa propiedad de Meisel. Desde un principio la policía sospechó que el triple crimen se trataba de un presunto ajuste de cuentas aunque todavía no se ha podido determinar de forma concluyente el móvil del asesinato.
Meisel era conocido como "el rey de la cerveza" porque explotaba el bar Bier Köning situado en la Platja de Palma. También se dedicaba al negocio de la cría, importación y exhibición de aves exóticas. Fue en las dependencias de las aves, situado junto a la vivienda principal, donde mataron al empresario y a la empleada. Al pequeño Patrick lo mataron en primer lugar en su habitación mientras dormía con dos balazos en la cara, uno de ellos le había destrozado la cara. Los intrusos rompieron una ventana de la cocina para entrar, subieron hasta el cuarto donde se encontraba el niño. Tras matarlo utilizando una almohada para amortiguar los disparos, se dirigieron a las oficinas a pocos metros del inmueble principal. Allí fue abatido con un tiro en la nuca Manfred y posteriormente su empleada, que presentaba señales de ataduras en sus muñecas. Los tres cadáveres fueron encontradas a la mañana siguiente por otra empleada.
Problemas con los negocios
La hipótesis policial apuntó a que el objetivo de los criminales era matar a Meisel y que las otras dos víctimas fueron asesinadas para no dejar testigos. Lo curioso del caso es que los cinco perro que vigilaban la casa no atacaron ni ladraron a los intrusos. Se descartó el robo como móvil porque no hubo evidencia de la sustracción ni de objetos valioso ni de dinero y eso que el alemán guardaban varios millones en la finca. Uno de los amigos de Manfred aseguró que la víctima le había contado días antes de morir que tenía problemas con sus negocio y que le habían amenazado de muerte.
En junio de 2007 se detuvo a Seven H.M., el que fue el socio de Meisel, y fue trasladado ante el juez que le dejó en libertad sin cargos. El motivo de su arrestro fue que durante una borrachera comentó que había matado a Manfred. Además, la coartada que dio en su momento se cayó al asegurar la mujer con la que convivía en aquellas fechas que había estado con él en la noche de autos pero lo cierto es que sólo fue hasta la medianoche. Aunque hay contradicciones en ambas declaraciones, lo cierto es que no hay pruebas para implicarle en el triple crimen.