Un turista británico muerto y varios jóvenes que han podido ser recuperados tras entrar en un estado fulminante de coma. El éxtasis que está llegando a la isla este verano se esconde detrás de cada uno de estos casos y éste cada vez es más perjudicial para la salud según se desprende de las primeras investigaciones judiciales y médicas que se están llevando a cabo. Evissa, según estos mismos indicios, ha vuelto a convertirse en un banco de pruebas para las drogas de diseño sin que se sepa todavía a ciencia cierta si se está ante una nueva sustancia o si los traficantes emplean dosis más potentes y más «puras» en la fabricación de estupefacientes que también pueden venir muy adulterados. Ayer tarde, fue evacuada una joven de un «afterhours» de Platja d'en Bossa supuestamente por consumo de drogas.
La víctima mortal ha sido un británico de 23 años que consumió un «cócktail» explosivo de cocaína, sustancias anfetamínicas y derivados del cannabis. El día de 5 fue sacado de una discoteca del centro de Sant Antoni con convulsiones. Poco después murió en la Policlínica de Nuestra Señora del Rosario tras sufrir una hemorragia cerebral y una parada cardiorespiratoria, el cuadro típico que se relaciona con los casos de consumo de droga.
El fallecido, poco antes de su evacuación de la discoteca, se encontraba muy nervioso pero no presentaba carácter violento. El informe del juzgado de Instrucción número 4 explica que se hallaba muy asustado «como si le quisieran pegar o atracar». En la calle, y en medio de un tumulto de gente, pasó repetidas veces de un estado de excitación al de relajación. En el traslado en ambulancia sufrió un nuevo ataque, según señalaron a este periódico fuentes judiciales de toda solvencia. Otras fuentes también judiciales confirmaron que la autopsia practicada por el forense detectó la presencia de las anfetaminas -propias del éxtasis-, cocaína y derivados del cannabis. La víctima era asmática y no era consumidora de drogas. El juzgado espera ahora que el Instituto de Toxicología asegure todas estas pruebas. Su caso no ha sido el único durante este verano. Otro turista que apareció ahogado en Sant Antoni presentaba tras la autopsia claros síntomas de haber consumido estupefacientes.