Los fuertes vientos registrados durante toda la jornada de ayer, que llegaron hasta los 80 kilómetros por hora en las Pitiüses, causaron multitud de problemas a las embarcaciones fondeadas en ambas islas. Cruz Roja y Salvamento Marítimo tuvieron que llevar a cabo en la mañana de ayer un arriesgado rescate de una lancha motora de gran eslora que estaba a punto de chocar contras las rocas junto al puerto deportivo de Marina Botafoch.
Debido al oleaje y a la poca profundidad de aquella zona, una lancha neumática de Cruz Roja (de seis metros de eslora y un motor de 150 CV) tuvo que acercarse hasta la lancha, amarrarla y tirar de ella hasta que pudiera hacerse cargo de la misma el barco de Salvamento Marítimo «Illes Pitiüses. La fuerza de las olas y el peso de la motora complicaron la operación. A las dificultades se sumó el hecho de que el cable de arrastre quedó enganchado en las hélices de la lancha accidentada (que ya había comenzado a chocar contra las rocas) y un buzo tuvo que descender y desenrredarla. Afortunadamente, la operación concluyó con éxito y la lancha pudo ser arrastrada y puesta a salvo por el «Illes Pitiüses» hasta el interior del puerto de Eivissa.
Pep Tur, coordinador de la sección naval de Cruz Roja en Eivissa y Formentera, indicó que la tormenta estaba siendo especialmente activa en zonas como Cala Tarida, Cala Vedella o Cala Corral, lugares en los que tuvieron que auxiliar a algunas embarcaciones que corrían el riesgo de romper los cabos y quedar a la deriva. A esta misma tarea se aplicaron muchos navegantes en todo el perímetro de costa de Eivissa y Formentera. «La gente es muy irresponsable y no ata bien los cabos de los barcos. A veces, las embarcaciones están sujetas a un simple bloque o con cuerdas de muy poco grosor, por lo que el temporal puede arrastrarlas», señaló Tur, quien añadió que toda la costa pitiusa estaba en alerta roja. Algunas competiciones deportivas tuvieron que ser también suspendidas.