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Un joven que robó un velero en Barcelona sutrajo otro en Eivissa y lo dejó en Àfrica

El sospechoso, autor de otros seis robos iguales, fue detenido en alta mar

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El joven detenido el pasado martes por la Guardia Civil en alta mar, después de robar un velero en el Puerto Olímpico de Barcelona para ahorrarse el billete y viajar gratis hasta Balears, tiene antecedentes por haber cometido, como mínimo, otros ocho delitos de la misma clase. Fuentes policiales informaron de que , Juan Miguel R.B., de 23 años y vecino de la localidad mallorquina de Alaró, que tras prestar declaración ante el juez ha sido dejado nuevamente en libertad, había sido detenido en ocho ocasiones por robo de veleros. El último robo se produjo el pasado día 10 en Eivissa y el velero fue dejado amarrado en Túnez, aunque el autor del robo fue descubierto por las huellas dactilares. Tras ser detenido el pasado martes por la Guardia Civil, el joven alegó que había robado el velero para ahorrase el billete del viaje entre Barcelona y las Balears y explicó que los conocimientos marineros los había adquirido durante el cumplimiento del servicio militar. El detenido también ha sido acusado del robo de un turismo con matrícula de Sevilla que fue recuperado en un taller de reparaciones de Valencia, donde lo dejó con nombre falso a causa de unos fallos mecánicos. En las detenciones anteriores, según las mismas fuentes, le fue intervenida diversa documentación a nombre de capitanes de barco a los que había robado el velero.

Juan Miguel R.B. dejó perplejos a los agentes de la Benemérita que le detuvieron tras interceptarlo a su salida del Puerto Olímpico de Barcelona, instalaciones en las que entró cuando eran las cinco y media de la madrugada. Desde allí, y sin más demora, se dirigió a un pantalán donde subió a bordo de un velero de 17 metros de eslora que estaba amarrado y que mereció su atención. Su objetivo era llegar hasta Mallorca. Su nueva aventura se truncó después de que un vigilante jurado le viera entrar en la embarcación. El guardia, sin embargo, no pudo impedir que soltara amarras. Tras comprobarse el hecho con el propietario del barco, el servicio Marítimo se movilizó, localizándole a 17 millas de Barcelona.

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