Una de las atracciones más espectaculares de la fiesta medieval de Dalt Vila, la demostración de cetrería, se vio ayer mermada tras el robo de un ejemplar de águila escudad (Melanolecus geranoaetus).
El propietario del animal, Fernando Olmo, se disponía ayer por la mañana a sacar a las rapaces de sus jaulas "depositadas en un almacén de la zona" cuando se encontró que faltaba este ejemplar. En su lugar se encontró con la correa que lo sujetaba cortada y el capuchón "que se emplea para impedirles volar" sobre una roca, según explicó. En la tarde de ayer estaba previsto que los efectivos del Seprona se presentaran en el lugar para tramitar la correspondiente denuncia.
El animal, todavía joven y de unos 3 kilos de peso, está valorado en cerca de 200.000 pesetas. Su criador lo trajo recientemente de Perú, de donde es originaria. Al parecer, esta águila lleva un gancho de acero en una de sus patas, por lo que puede tener un accidente si se acerca a una zona de arbustos durante el vuelo.
Según el propietario, el autor del robo ha incurrido, además, en un delito medioambiental, puesto que ha dejado en libertad una especie no autóctona de las Pitiüses y que puede provocar graves daños a nuestro ecosistema.
Esta no es la primera ocasión en la que este criador se enfrenta al robo de sus animales. En una ocasión, un grupo de ecologistas liberó nada menos que 80 rapaces de su propiedad en la localidad de Peñíscola. Además, una granja de su propiedad también ha sufrido varios ataques.