Familiares de las 143 víctimas del siniestro del Airbus A320 de GulfAir, caído anteayer al mar en Bahrein, en el Golfo Pérsico, iniciaron la identificación de sus allegados, mientras las autoridades comenzaban la investigación de las causas del accidente. Se han podido recuperar«intactas» las dos cajas negras del aparato, un hecho que se espera resolutivo para aclarar por qué la tripulación del avión siniestrado no efectuó ninguna llamada de socorro antes de estrellarse.
Las autoridades hicieron fotos y tomaron las huellas dactilares de todas las víctimas, muchas de las cuales estaban desfiguradas debido al tremendo impacto del avión con el agua. Las familias sufrieron una fuerte conmoción emocional cuando un responsable oficial leyó ante ellas, uno por uno, los nombres de todas las víctimas, entre las que había 36 menores de quince años, según las autoridades de Bahrein. Estos niños viajaban con sus familias, en su mayoría de regreso a varios países árabes del Golfo Pérsico tras pasar las vacaciones de verano en Egipto. Una de las familias, de origen palestino, estaba compuesta por siete personas, los padres y cinco hijos, que viajaban con un pasaporte común.
Una nota del Departamento de Aviación Civil de Bahrein precisó hoy que, de los pasajeros, 63 eran egipcios, 34 bahrainíes, 12 saudíes, 9 palestinos, 6 emiratíes, 3 chinos, 2 británicos, un omaní, un kuwaití, un australiano, un canadiense, un sudanés y un estadounidense. El piloto fue identificado como el bahrainí Ihsan Shafick, y el copiloto como el omaní Jalaf Alawi, y el resto de los miembros de la tripulación eran otro bahriní, un filipino, un polaco, un indio, un marroquí y un egipcio. El director de GulfAir, jeque Ahmad Ben Saif al Nahyan, dijo que el piloto del avión accidentado tenía una experiencia de más de 21 años de vuelo.