A pesar de que los médicos declararon el martes que no creían que la joven estuviera finguiendo y posiblemente el día de los hechos estaba sufriendo un estado emocional intenso, el fiscal Joan Carrau se mantuvo firme y ratificó su acusación de asesinato. Carrau solicitó ayer al jurado un veredicto de culpabilidad por este delito, si bien alternativamente también planteó la posibilidad de que se dicte sentencia por homicidio, puesto que hay serias dudas de que la víctima estuviera durmiendo cuando fue atacada con el cuchillo. En este último caso, el fiscal pide una condena de 12 años de cárcel, frente a los 15 por asesinato.
En su informe Carrau sostuvo que no es lógico que una mujer que se encuentre en un estado emocional intenso tenga capacidad de llamar por teléfono a su madre, a la mujer de su amante para pedirle perdón, y después se dedique a la limpiar la sangre y a cambiarse de ropa. El fiscal también recordó que Aurelio Blas González, la víctima, se estaba planteando abandonar a la mujer los días previos al crimen, y que éste podría ser un motivo para darle muerte.
Por su parte, el abogado defensor Antonio Platas, letrado de A Coruña, planteó su informe con un objetivo claro: plantearle una duda al jurado sobre la autoría de la agresión. Para ello, el defensor se mostró muy crítico con la investigación policial, y acusó de resolver el caso en sólo tres días sin haber investigar las dudas que iban apareciendo. Así, citó las llamadas telefónicas realizadas, tanto del móvil del acusado como el de su esposa, que no cuadran con las declaraciones que se realizan. En este contexto el letrado planteó la posibilidad, no descartada por los médicos, que la víctima se suicidara. Así, el abogado mantuvo que Aurelio era el único que tenía motivos para quitarse la vida, puesto que había cambiado de trabajo, era drogadicto y tenía deudas. Por último, el letrado se refirió al estado emocional intenso de la joven gallega.