Cuatro vecinos de Eivissa, el propietario del club de Sant Antoni «Blanco y Negro» y su mujer, a su vez dueña también del menorquín «Escala», se encuentran imputados dentro de la investigación que lleva a cabo un juzgado de esta última isla para aclarar si todos ellos formaban parte de una trama que inducía con coacciones a la prostitución y a la que también se ha vinculado con asuntos de narcotráfico. En esta misma investigación se ha visto involucrado el inspector jefe de la Comisaría de Ciutadella responsable en materia de extranjería.
Ninguna de las ocho personas que figuran como imputadas se encuentra en prisión preventiva. De los residentes en Eivissa, sólo Fátima Úrsula T., mujer del ibicenco Francisco C.O. y más conocida como «La Mami», ha estado sujeta a esta medida cautelar. Ayer mismo, la juez encargada del caso dictó su libertad bajo fianza tras dictar horas antes su ingreso en la cárcel. El inspector José Morales, por su parte, quedó en libertad provisional sin fianza nada más declarar ante la juez Clara Besa, titular del juzgado de Instrucción número 1 de Ciutadella.
La máxima responsable de una investigación iniciada bajo los cargos que ampara la actual legislación laboral y la posible comisión de delitos relacionados con la extorsión para el ejercicio de la prostitución ha dejado también en libertad provisional a Francisco C.O y a los otros dos ibicencos, G.C.C. y B.T.C. Estos últimos figuran como camareros del «Blanco y Negro» y como los anteriores tuvieron que desplazarse a Menorca para comparecer ante la juez Besa.
Las pesquisas que han motivado la apertura de diligencias judiciales comenzaron después de que una prostituta relatara distintas extorsiones en el «Escala», entre ellas la firma bajo supuestas amenazas de una letra por importe de diez millones de pesetas para quedar sujeta a la red.