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El senegalés cayó de un 6º piso por una deuda de alquiler, según los acusados

Los tres británicos, juzgados por robo, niegan que actuaran violentamente al llegar al piso de la víctima

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El senegalés que sobrevivió el pasado verano a una caída de un sexto piso del edifico Faro II de Sant Antoni sigue aún sin recordar nada de lo que ocurrió la noche en que estuvo a punto de perder la vida. Ayer, en la sala de los juicios de penal, se calificó como «un hombre roto que no sabe cuál va a ser su futuro». Lo hizo sentado en una silla que fue colocada delante de los tres británicos que fueron detenidos por la Guardia Civil y que ayer fueron juzgados por un presunto delito de robo con intimidación y lesiones, acusación que puede suponerles a cada uno de ellos una condena de cinco años de cárcel.

M.D., de 32 años, cayó, o se tiró, al vacío cuando intentaba huir por del apartamento 611. Su acción desesperada fue relacionada, por la investigación que llevó a cabo la Guardia Civil, a un suceso debido a un ajuste de cuentas entre británicos y senegaleses por un asunto de drogas, hechos que se cree están detrás de muchas de las peleas ocurridas en Sant Antoni el pasado verano.

La versión de los acusados es bien distinta. Nada de drogas. Simplemente un mal encuentro cuando uno de ellos se disponía a intentar cobrar el dinero -100.000 pesetas- que se le debía de la fianza de un piso donde éste había estado durante unos días con el hermano de la víctima y que supuestamente adeudaba una persona que no estaba en la casa. Esto fue lo relatado ayer en el juicio por Perry L.D., un hombre de 42 años a quien la Benemérita barajó como uno de los posibles distribuidores de droga en Sant Antoni. Se da la circunstancia que su acreedor senegalés también ha sido ligado al tráfico de estupefacientes en esta localidad en distintas ocasiones. La versión de Perry L.D. fue apoyada por los otros dos acusados, porteros de un local del West End y quienes no dijeron haber actuado de «matones» sino de «acompañantes» tras haberse topado casualmente con Perry L.D, quien, a su vez, tenía contraída una deuda de 20.000 pesetas con ambos. Los dos británicos insistieron que fueron al apartamento 611 porque «les venía de paso para ir al gimnasio».

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