El cielo se abrió sobre Mallorca y la borrasca «profunda» que se ha formado sobre el Archipiélago este pasado fin de semana dio paso a la mayor tormenta que se recuerda en los últimos años.
En la zona de Capdepera los vientos llegaron a alcanzar los 151 kilómetros por hora, en la Serra de Alfabia los 139 kilómetros y en el municipio de Inca los 124 kilómetros por hora. Estos registros, sin embargo, podrían haberse superado ya que, según asegura Agustí Jansà, director provincial del Instituto Nacional de Meteorología, algunas estaciones como la de Capdepera estuvieron sin suministro eléctrico durante las horas en la que el temporal era más fuerte.
En lo que respecta a la lluvias destacan los 245 litros que se recogieron en Sóller, los 213 de Lluc o los 200 de Fornalutx. Las olas, por su parte, alcanzaron los siete metros de altura aunque en algunas zonas como la de Formentor alcanzaron los 11 metros pudiéndose dar el caso de alguna de hasta 15 metros. Los fenómemos metereológicos adversos, la tormenta vino acompañada de aparato eléctrico y la temperatura mínima que fue de cuatro grados, remitirán durante el día de hoy.
Al contrario de lo ocurrido en las Pitiüses, en Mallorca si hubo que lamentar desgracias personales a causa del temporal. Jorge Blázquez, un taxista de Palma, falleció la madrugada del domingo al caerle encima del vehículo un pino de grandes dimensiones. El accidente ocurrió poco después de las 03'00 horas, cuando el vehículo circulaba por el Passeig Marítim con dos británicos a bordo, quienes resultaron heridos y fueron trasladados a un centro hospitalario, aunque sus heridas no revestían excesiva gravedad.
En Calvià, un operario municipal de este Ayuntamiento resultó herido de gravedad al caerle encima un árbol derribado por el viento mientras trabajaba reparando los daños provocados por el temporal. Este operario, identificado como Enrique Chinchilla Hernández, se encontraba en el centro urbano de Santa Ponsa cuando un árbol cayó sobre él, dejándole inconsciente.