La Sección Primera de la Audiencia Provincial ha confirmado en lo básico la sentencia dictada por el juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa en el caso del senegalés caído de un sexto piso en Sant Antoni el pasado verano, caso por el que se condenó a tres ingleses por un delito de robo con violencia con penas de dos años de prisión para cada uno de ellos.
El tribunal entiende también que los tres acusados asaltaron el apartamento donde vivía la víctima con su hermano, pero que de lo ocurrido no puede derivarse que tuviera que ver directamente con la caída que a punto estuvo de costarle la vida al senegalés M.D. cuando intentó alcanzar por el balcón una ventana para huir tras iniciarse una pelea. La Audiencia resuelve de esta manera los recursos que en su día presentaron las partes, variando sólo que no se puede imputar a nadie la sustracción de un teléfono móvil que había en la casa, como sí recogió la anterior sentencia.
Según los hechos enjuiciados Ian Paul Quigley, Michael Paul Barnes y Perry Lee Davis «puestos de común acuerdo y con el propósito de obtener beneficio económico se dirigieron al apartamento 611 del sexto piso del Edificio Faro II» para zanjar supuestamente una deuda de cobro de alquiler, ya que el ultimo de los sospechosos había residido con uno de los moradores.
De la investigación de la Benemérita, por contra, se recogieron indicios que la «visita» de los tres imputados se debía más bien a un «ajuste de cuentas» por asuntos de drogas en una época en que precisamente grupos británicos y senegalés se disputaban en Sant Antoni el control de la venta a pequeña escala de estupefacientes. De hecho, tanto en el juicio como en la investigación policial convergió la circunstancia de que Perry Lee Davis se hizo acompañar de los otros dos acusados, porteros de un local de Sant Antoni y que en teoría actuaban como matones.