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Un ginecólogo de Can Misses se juega la cárcel tras morir una paciente

A la difunta, vecina de Formentera y de 36 años, se le tardó un año en diagnosticar el cáncer que sufría

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Un ginecólogo de Can Misses, identificado bajo las iniciales F.J.G.R. y de 59 años de edad, tendrá que sentarse en el banquillo de un juzgado de lo Penal de Eivissa después de que se hayan presentado cargos contra él por un presunto homicidio imprudente tras un proceso que se inició a raíz de la muerte de una vecina de Formentera de 36 años a la que se le diagnosticó un carcinoma casi un año después de que este facultativo la reconociera.

El acusado se enfrenta a penas de tres años y seis meses de cárcel solicitada por el fiscal, además de otros cinco de inhabilitación, así como al pago de más de 21 millones de pesetas a los familiares de la fallecida.La acusación particular eleva la condena de cárcel que requiere a la de cuatro años.

El doctor F.J.G.R., también médico del Insalud en Formentera, atendió a la paciente en octubre de 1997 después de que otro facultativo la asistiera y ordenara pruebas por una supuesta tumoración que la mujer presentaba en su mama izquierda. El médico ahora procesado -y siempre según el escrito de acusación- le informó de que las pruebas eran negativas y presuntamente no quiso hacer más pruebas complementarias pese a la insistencia de la enferma.

Las consultas volvieron a repetirse, así como la misma situación, en el primer cuarto de 1998, cuando la paciente se quejaba del dolor de la inflamación y del que tratamiento prescrito no aliviaba sus molestias. Tras haber ido a otros médicos dentro de su convalecencia, la vecina de Formentera terminó otra vez frente al doctor F.J.G.R. en el mes de mayo cuando la hinchazón le afectaba ya a la axila izquierda. Según lo que ha trascendido del escrito de acusación, la enferma fue explorada sin que se le practicaran nuevas mamografías porque sólo tenía 36 años y no había pasado un año desde la última.

Al llegar el verano, la paciente visitó a otro médico para una prueba de tiroides y éste, pese a una prueba negativa, llegó a aconsejarle que fuera a un especialista privado. Casi un año después de su primera visita con el facultativo procesado, que no palpó a la paciente supuestamente hasta la cuarta visita, se le diagnosticó por otro ginecólogo un carcinoma de mama en estadio IV. Esta no es la primera vez que hechos derivados del ejercicio profesional del doctor F.J.G.R. tienen que ser resueltos en el juzgado tras una denuncia.

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