La policía ha localizado y detenido en Santa Eulària a un joven británico que, con tan sólo 20 años de edad, se le supone integrante de un grupo mafioso británico que tendió en Málaga una trampa mortal a otro inglés en un ajuste de cuentas que terminó con la tortura, descuartizamiento e incineración de la víctima. El fallecido, por su parte, contaba con antecedentes por asesinato. El sospechoso se encuentra ya en prisión.
Los restos de Scott Michael Bradfield, de 28 años de edad y quien presuntamente pertenecía a una red dedicada sobre todo al tráfico de hachís y cocaína entre España y el Reino Unido, fueron encontrados en noviembre de 2001 en el interior de tres maletas. Estas fueron halladas en las proximidades de Benalmádena y Torremolinos, pero el crimen se cometió al menos dos meses antes. La investigación policial llevada a cabo entonces se saldó con el arresto de tres ingleses, un holandés y un español. Una sexta persona, Ian John N., el joven de 20 años que el pasado viernes fue capturado en Eivissa, logró entonces huir.
La operación andaluza se llevó a cabo en los pueblos de Benalmádena y Mijas y contó con más de 40 agentes. El dispositivo, por su peligrosidad, incluyó a miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOES). La policía, sin embargo, siguió sus pasos y pudo averiguar que Ian John N. frecuentó la isla durante el pasado mes de agosto. Tras ello, se continuaron otro tipo de gestiones para intentar confirmar y descubrir su «escondite» en las Pitiüses y saber si éste lo seguía manteniendo.
La víctima de este macabro crimen, Scott Michael Bradfield, fue «ajusticiado» después de que se enfrentara directamente con la cúpula organización que le había acogido, una mafia vinculada a la Costa del Sol y especializada en tráfico de drogas, asesinatos por encargo y otras actividades propias del crimen organizado, según informaron fuentes policiales. La víctima, anteriormente, había recibido avisos de atención por su comportamiento y su abuso de las drogas y el alcohol.