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El riesgo de ser peatón Ca na Negreta, un punto conflictivo en la red viaria

Cinco personas han fallecido atropelladas este año en Eivissa, cifra que eleva en una víctima el registro de 2001

Un peatón cruza la calle entre el tráfico en la recta que atraviesa el barrio de Ca na Negreta.

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Las cifras de fallecimientos en las carreteras pitiusas debido a atropellos durante el presente año ya han superado las estadísticas registradas el pasado año. La muerte de Isidoro I.G., de 62 años de edad, el pasado día 6 de este mismo mes de diciembre en Can Tomàs elevó esa cifra a cinco (teniendo en cuenta que según la Dirección General de Tráfico (DGT) se contabilizan como fallecidos por accidente aquellos decesos ocurridos en las 24 horas posteriores al siniestro) cuando este trágico registro se situó en cuatro en 2001. Un año antes, los atropellados fueron una tercera parte de la treintena de los fallecidos en accidentes.

En un informe hecho público por la misma Dirección General de Tráfico referente al pasado año, la institución constató que muchos de los accidentes en los que se registraba un atropello se debían a algún tipo de imprudencia por parte de los peatones, lo que llevó a la DGT a realizar una amplia campaña informativa (con impactantes anuncios de televisión) acerca de los riesgos que entraña no respetar correctamente las normas para los peatones.

Pero en el caso de Eivissa se dan algunas circunstancias que pueden provocar dichas temeridades. La amplia dispersión de viviendas alrededor de las principales vías de comunicación por carretera en el territorio ibicenco permite en muchos lugares que haya un constante tráfico peatonal por los arcenes, a lo que se une en muchos puntos la inexistencia de pasos de cebra o puentes elevados para poder cruzar la calzada sin ningún tipo de riesgo y el gran incremento de tráfico que sufre la isla durante la temporada estival.

La primera víctima mortal atropellada en Eivissa el presente año fue Antonio Roig Serra, un hombre de 64 años de edad que fue arrollado cuando caminaba sobre las siete de la mañana del 27 de abril por el arcén en las proximidades de la tristemente famosa 'curva de Los Cazadores', en la carretera de Santa Eulària. En aquella ocasión, la víctima fue atropellada después de que el conductor de un Seat Panda perdiera el control de su vehículo y se saliera de la calzada.

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