La Audiencia Provincial ha establecido una condena de diez años de cárcel para cada uno de los dos jóvenes ingleses que fueron detenidos por la Policía Local de Sant Antoni el pasado verano y a los que se les decomisó cerca de 5.200 éxtasis, la mayor cantidad de esta droga aprehendida en un solo servicio durante 2002. El tribunal, sin embargo, denota que los agentes no actuaron correctamente , según se de deducen la sentencia al darse validez a los argumentos expuestos por los testigos, uno de los cuales dijo haber estado detenido y otro aseguró haber visto cómo los agentes se llevaban a uno de los sospechosos de la casa donde se alojaban. Todo ello pese a que la policía negó estos extremos.
Ambos argumentos fueron la punta de lanza de la defensa de ambos acusados usados como base para pedir la nulidad de las actuaciones contra los sospechosos, y su consiguiente absolución, al entender que se había incurrido en un registro sin orden judicial y en al menos una detención ilegal
Según lo recogido por este periódico, la ponente de la sentencia insta a que se investigue la conducta de los policías a fin de que se determine claramente cuál fue su actuación, hecho que conllevaría que se tome de nuevo testimonio al menos a uno de los agentes.
Independientemente de todo, la Audiencia se apoya en criterios técnicos para considerar válido el decomiso y, con ello la prueba de cargo, que suponen una condena de diez años de cárcel por tráfico de drogas para Colin Michael Roberston y Afshin Abeoin-Maghanaki, quienes señalaron haberse encontrado en una grieta una mochila con la droga cuando escalaban un acantilado. Ambos fueron detenidos cuando se hallaban con otros dos jóvenes junto a las discotecas. La policía dijo que sólo pudo detener a dos sospechosos y que la droga la portaban encima, algo que ellos negaron.