El jefe de la Policía Científica de Ciutadella explicó ayer ante un tribunal que el ex comisario jefe de esta localidad menorquina José Enrique Morales Lluch les aseguró a sus compañeros que sólo él se encargaría del control de la inmigración y de los clubes de alterne de la Isla.
Morales Lluch se enfrenta a una pena de cuatro años de cárcel por un delito contra los derechos de los trabajadores y favorecimiento de la prostitución. Además, en este truculento caso están envueltas otras cuatro personas que también se enfrentan a cuatro años de cárcel.
Aunque el responsable de la Policía Científica consideró que esta decisión del ex comisario jefe de Ciutadella no era la adecuada, explicó que estaba dentro de sus atribuciones.
La Audiencia Provincial de Palma prosiguió ayer con el juicio del ex comisario jefe, a quien la Fiscalía acusa de los delitos referidos. La acusación sostiene que el ex comisario permitía que las mujeres extranjeras que entraban en España como turistas y ejercían la prostitución en un local de Ciutadella superaran el periodo de estancia legal de tres mes de duración.
El ex comisario dejó el cargo al destaparse el caso en mayo de 2000 tras la denuncia de dos mujeres de nacionalidad colombiana que se prostituían en el local y, durante la vista del pasado martes, negó todas las acusaciones y cualquier trato de favor hacia este club de alterne.
El Ministerio Fiscal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha reclamado también la misma pena por la supuesta comisión de ambos delitos para otros cuatro acusados. Se trata de las filipinas F.U.T.C. -dueña del club- y L.A., de la colombiana A.P. y del menorquín A.P.G, que se encargaba de la seguridad del local. El tribunal celebró ayer por la mañana la segunda vista sobre este juicio en relación al club de alterne La Scala, situado en la urbanización Cap d Artruix de Ciutadella de Menorca. También declararon ayer por la mañana tres mujeres de nacionalidad colombiana que trabajaban en el local en cuestión. Las tres aseguraron al juez que ejercían la prostitución sin ningún tipo de coacción.