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Presa en India por 'narco' tras llevar a juicio a 4 guardias por una entrada ilegal

Los agentes procesados tras decomisar un 1,6 kilos de coca en la 'Operación Peca' niegan una actuación irregular

La 'Operación Peca' se saldó cuatro detenidos y con el decomiso de cocaína, marihuana y un millón de pesetas.

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El abogado de uno de los cuatro guardias civiles que se han visto procesados tras la denominada 'Operación Peca', una actuación antidrogas con cuatro detenidos que se realizó en el verano de 2000 en Eivissa y que se saldó con la desarticulación de un grupo de 'narcos', aportó ayer la Audiencia un documento que acreditaba que la principal denunciante en este caso se halla ahora presa, al menos desde mayo, en Goa (India) precisamente por tráfico de drogas. Los cuatro guardias fueron juzgados ayer pese a la ausencia de la principal denunciante. Uno de los agentes implicados compareció ante el tribunal desde Tenerife a través de una videoconferencia

La 'Operación Peca' fue una importante investigación que concluyó con el decomiso de 1,6 kilos de cocaína, así como de otros tres y medio de marihuana y un millón de pesetas.

Ante la ausencia de la denunciante, el tribunal sólo pudo leer su declaración judicial, apoyada por varias jóvenes que estaban en la casa cuando sobre las nueve y media de la noche llegó la Guardia Civil. Todos los acusados aseguraron haber actuado de acuerdo con la legalidad.

Los cuatro guardia procesados, juzgados ayer en Eivissa por la Audiencia acusados de delitos de inviolabilidad del domicilio y detención ilegal, con duras penas en juego de inhabilitación e incluso de cárcel , no buscaban a esta mujer cuando en septiembre de 2000 acudieron a una casa de Talamanca. Intentaban la detención del novio de dicha persona, quien entonces era considerado uno de los cabecillas de un importante grupo de distribución de drogas en la isla. Dicha persona logró eludir un proceso.

El jefe accidental del operativo ya tenía localizada la droga en otra casa cuando otros tres guardias llamaron a la puerta de la casa donde tenía su domicilio el citado sospechoso.

La acusación particular, apoyada por el testimonio de varias de las personas que había en la casa, mantuvo que los agentes llegaron intimidar a los inquilinos con una pistola y que durante varios minutos los retuvieron en el portal del edificio tras hacerles bajar a la calle contra, su voluntad. Por contra el único agente que reconoció entrar en la casa dijo que sólo pasó después de que fuera expresamente invitado.

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