La Guardia Civil de Eivissa lleva desde hace dos semanas intentando averiguar la identidad de un hombre de unos 30 años cuyo cadáver fue encontrado despeñado en un acantilado de Santa Eulària donde había una cueva en la que se cree vivía. Según la información recogida por este periódico, el responsable del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Eivissa realizó el levantamiento del cadáver en la tarde del pasado 24 de octubre. Los primeros datos de la investigación judicial apuntan a que el desconocido sufrió un accidente al regresar a su 'casa', cayendo por una altura próxima a los 30 metros en una zona entre los hoteles Ibiza Sol y Ses Estaques. El individuo sobre el que la Guardia Civil está intentando recoger cualquier dato que sirva para su identificación es una persona de complexión atlética fuerte y de piel blanca, medía 1,85 y tenía el pelo color rubio-castaño, corto y liso. Sus rasgos físicos hacen pensar que posiblemente sea extranjero, aunque no se descarta que sea español. Un aspecto de la víctima que puede ser crucial para saber su filiación es que tenía en el hombro, al parecer en el derecho, el tatuaje de un águila en vuelo cubierta en la parte superior con una aureola de estrellas. Dicho tatuaje mide unos nueve centímetros. El cadáver fue presumiblemente rescatado por agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). En el momento del hallazgo iba vestido con una camisa estampada y un chubasquero azul, así como con un vaquero Levi's negro corto cubierto por otro pantalón.
La Guardia Civil trata de indentificar un cadáver despeñado en Santa Eulària
La víctima, un hombre de unos 30 años, vivía en una cueva en el acantilado por el que cayó
J. J. Monerri |