El ex militar de 26 años Alfredo Galán Sotillo, que primero confesó y luego negó ser el autor de los seis crímenes atribuidos al «asesino de la baraja», apareció en la cena familiar de la Nochebuena pasada con una pistola al cinto y simuló disparar con ella, aunque el arma estaba bloqueada.
Así lo asegura el informe psiquiátrico elaborado por tres médicos forenses de Madrid a petición del juez que instruye el caso, que tras entrevistarse en cuatro ocasiones con Galán entre los meses de julio y septiembre pasados concluyeron que la personalidad de éste tiene «características paranoides con importantes rasgos antisociales, narcisistas y agresivo-sádicos». El incidente de la Nochebuena de 2002 se produjo exactamente un mes antes del primero de los crímenes atribuidos al «asesino de la baraja», el del portero de la calle de Alonso Cano.