La juez Clara Ramírez de Arellano, responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, ha impuesto una condena dos años de cárcel y otros dos de privación de carnet al conductor holandés que el 14 de abril del año pasado y cuando se hallaba bajo la influencia de bebidas alcohólicas arrolló fatalmente con una furgoneta a un ciclista en el cruce de Sant Rafel al realizar un giro. La víctima, muy conocido por ser mecánico en la Comisaría de Eivissa, murió en el acto. La juez también establece indeminizaciones de 146.000 euros a la esposa y los tres hijos del fallecido. El imputado dio hasta una tasa de 1,13 miligramos de alcohol por litro expirado en la prueba que le practicó Tráfico, positivo que se ratificó también con un análisis de sangre.
La sentencia considera que el acusado es culpable de un delito de homicidio por imprudencia grave al recogerse que el alcohol tuvo que influir decisivamente en el accidente ya que todo ocurrió en un tramo de amplia visibilidad, de día y cuando el ciclista iba con ropa bien visible.
«Por todo ello cabe afirmar que el alcohol le afectó seriamente a su capacidad de conducir, desarrollando una conducción imprudente, realizando una maniobra para que hay que extremar las precauciones», dice la sentencia.