«Esto parece New York City, ya no se puede ir tranquilo», apuntaba una mujer cuando pasaba por delante de la escena del crimen. Pasadas las doce de la noche del sábado varias decenas de personas se agolpaban en los alrededores del lugar de los hechos mientras observaban estupefactos como los servicios del 061 intentaban, sin lograrlo, reanimar el cuerpo de José Luis López. Al mismo tiempo, su compañera se afanaba en comunicar la noticia por el teléfono móvil mientras lloraba sin consuelo.
Tras veinte minutos intentando reanimar a la víctima, los servicios de urgencias del 061 desistieron. «Se han oído muchos disparos, parecía una traca», comentaban algunos de los vecinos que se aproximaron a la céntrica calle.
La Guardia Civil, la Policía de Sant Josep y las ambulancias del 061 y del Clínic Balear se encontraban en el sitio. Los primeros en llegar fue una patrulla motorizada de la Policía de Sant Josep que en ese momento se encontraba en Cala de Bou y fueron alertados de lo que acababa de ocurrir. Tanto los responsables del bar «Es Racó Verd» como numerosos clientes fueron los responsables de avisar a todas las fuerzas de seguridad.