«Es una buena noticia», dijo ayer el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, que indicó que la carencia de agentes en la comunidad autónoma era un problema que se había agudizado en los últimos años.
Socías apuntó que «en las dos últimas legislaturas había ido disminuyendo el número de policías», lo cual se paliará a partir de que el próximo viernes juren bandera en el Centro de Formación de la Policía en Àvila los 124 jóvenes que serán enviados a las Islas. De este contingente, 60 estarán destinados en comisarías de Palma, treinta Eivissa, doce en Mahón, once en Ciudadela y once en Manacor.
El delegado del Gobierno destacó que la gran mayor parte de los nuevos agentes ocuparán puestos de «policía de proximidad». Según Socías, «ello permitirá la captación de información» valiosa para prevenir la delincuencia y mejorará la efectividad general de los planes de seguridad. El responsable gubernamental, de igual modo, hizo hincapié en que el trabajo de los agentes que patrullan en barrios y están cerca de los ciudadanos es el que incrementa de forma real la sensación de seguridad, puesto que previene delitos muy comunes.
Estabilidad
En cuanto a la estabilidad de los nuevos agentes, Socías precisó
que los 124 policías cuentan con plaza fija, con lo que, aunque
fuesen trasladados después del primer año de permanencia
obligatoria, sus puestos serían cubiertos. Además, el delegado
incidió en que la ampliación de la plantilla no supondrá una merma
en los refuerzos que cada año llegan a Balears en la operación
verano.
El Plan Policía 2000 establecía para Balears un Cuerpo Nacional de Policía con unos 1.300 agentes y actualmente la dotación total se sitúa en torno a los 990 policías. Esta cifra supone un déficit del 24 por ciento. Los policías, tras llegar a Eivissa, como a las otras islas, piden cambio de destino principalmente por razones económicas. El Gobierno pretende ahora que estos inconvenientes se palien con más agentes en la academia listos para cubrir las plazas fijas que se establezcan.