La saturación que sufren los juzgados de Balears, su imagen de precariedad y la ausencia de planes concretos para dotar con más medios a la administración de justicia constituyeron el esqueleto del discurso que el presidente del TSJ, Antoni José Terrasa García, pronunció ayer en Eivissa con motivo de la apertura del año judicial.
Él mismo dio el resumen cuando, al final de su intervención, afirmó: «desde esta perspectiva no puede asegurarse que la imagen de la Justicia haya de mejorar espectacularmente a corto plazo. Pero ello, por sí solo, no debería arrastrar también desmerecimiento para la imagen de los jueces», comentó.
El presidente del TSJ, sin embargo, se mostró partidario en asumir las transferencias en materia de Justicia.
«Ello asegurará un conocimiento más exacto de las necesidades, permitirá una distribución de recursos más ágil y favorecerá una más perfecta identificación con nuestra realidad cultural, lingüística y social, a la que servimos como patrimonio común dado que entre todos la vamos construyendo», manifestó.
«Nos encontramos en una época necesaria de reestructuración y acomodación, ilusionante y decisiva, pero compleja», agregó.
Los datos aportados por Terrasa, sin embargo, no dejar lugar alguno a la especulación para conocer cuál es el estado actual de la Administración de Justicia en la comunidad: un tercio de los jueces de las islas sobrepasaron la carga de trabajo que se considera razonable, una tasa que incluso llegó a elevarse hasta el 20 por ciento de los criterios fijados. Y ello ocurrió durante el segundo semestre de 2003, cifra que se supone va a ser ampliamente superada durante el próximo año judicial que ayer dio comienzo.
Así, los jueces y magistrados de Balears dictaron durante el citado periodo 35.275 sentencias y 17.222 autos, una cifra que establece un promedio de 2.634 asuntos resueltos por cada órgano.Pero 2003 acabó con 2.117 asuntos pendientes más que el año anterior.