Un representante comercial de Eivissa que actuaba de intermediario con una empresa en la distribución de carne con establecimientos de restauración y hostelería de la isla tuvo que sentarse ayer ante la Audiencia Provincial acusado de estafa para enfrentarse a penas que oscilan entre los cuatro y seis años de prisión. El sospechoso, en concreto, fue procesado por obtener presuntamente de manera ilícita beneficios que rondan los 84.000 euros. Ayer, ante la Audiencia Provincial se reconoció autor de los hechos que se imputaban y aceptó en una sentencia de conformidad una pena de dos años de cárcel y abonar la totalidad del dinero defraudado a la sociedad afectada.
Los movimientos irregulares de mercancía tuvieron lugar durante cuatro meses, entre agosto y noviembre de 2002. El ministerio público presentó su escrito de acusación pidiendo cuatro años de prisión al entender que el imputado había incurrido en un delito de apropiación indebida a la vez que en otro de falsedad documental. Este último cargo se incluyó después de que durante la instrucción e la causa se comprobar la existencia de albaranes en las que se daban por repartidos pedidos que se iban produciendo y que se avalaban con la firma falsa de clientes que durante la investigación negaron haberlos hecho. Las empresa, al verse perjudicada por lo que estaba ocurriendo, decidió emprender acciones judiciales y, al parecer, llegó a presentar una denuncia ante la policía.