La policía se incautó de la plantación en julio del año pasado tras localizar en Sant Carles una finca había sido acondicionada y dividida en dos grandes bancales para presuntamente clasificar y diferenciar las distintas cosechas. Comisaría, al respecto, informó en su día que se había aprehendido en la operación un total de 136 kilos de cannabis sativa.
El supuesto responsable de estos cultivos, un alemán de 56 años, sin embargo, se sentó en el banquillo para responder del decomiso de 19,900 kilos de marihuana, cantidad que finalmente se obtuvo tras acometer los distintos procedimientos legales para descartar partes de la plantación de las que no se puede obtener droga. El fiscal pidió hasta cuatro años y medio de cárcel al aplicar la notoria importancia de lo aprehendido así como el pago de 3.000 euros. En el juicio, el sospechoso afirmó que su principal interés para correr a cago de esta plantación era «investigar» con el cáñamo, algo que lleva haciendo desde hace 30 años. Asimismo, el acusado afirmó que no traficaba con droga y que lo que obtenía era para su exclusivo consumo. La policía informó también de que en la casa del sospechoso se requisaron diez cajas en las que se guardaban casi 22 kilos de hojas para su secado y otras dos con 12 kilos de cannabis. Pese a estas apreciaciones, la defensa, que también arguyó que los agentes entraron en el domicilio del afectado sin permiso, presentó ayer un perito (un experto de la revista 'Cáñamo') que argumentó que de lo intervenido por la policía apenas se hubiera obtenido una pequeña cantidad de droga.