El huracán «Emily», que horas antes de su llegada al Caribe mexicano causó cuatro muertes y obligó a evacuar a 74.000 personas, bajó ayer de intensidad y empezó a salir de la península de Yucatán tras causar daños materiales por determinar. Autoridades de Protección Civil del estado de Yucatán señalaron que «el ojo del huracán salió de las costas» del norte tras un «cambio de dirección y la disminución de su intensidad», al bajar a categoría uno en la escala Saffir Simpson, de un máximo de cinco.
El ojo de «Emily», que avanza con vientos de unos 140 kilómetros por hora, salió por la comunidad de Santa Clara, unos 50 kilómetros al este del puerto de Progreso, en el norte de este estado, uno de los polos turísticos más importantes de México. «Los vientos fuertes se están alejando de la península, pero las bandas nubosas todavía nos acompañan», dijo el secretario de Comunicación Social de Protección Civil estatal, Salomón Mayorga.
El súbito cambio de dirección de «Emily» salvó a la ciudad colonial de Mérida, la capital del estado, de ser golpeada por el huracán, y para la tarde de ayer estaba previsto que se comenzarán a desarmar los albergues que cobijaron a unos 30.000 personas en la península.
El huracán, hasta el momento, sólo ha causado daños materiales y pérdidas económicas desde su llegada a las costas mexicanas, pero no víctimas fatales, precisó la dirección nacional de Protección Civil. «Afortunadamente no» hay víctimas, aseguró la coordinadora de Protección Civil, Carmen Segura.
El huracán tocó tierra anteanoche con categoría cuatro en la isla de Cozumel y luego en la zona arqueológica de Tulum, donde se ubica una ciudad maya, y en la madrugada se degradó a categoría dos en la escala Saffir Simpson.