Los dos principales sospechosos, un venezolano y un angoleño, fueron detenidos después que en 48 horas hubieran supuestamente atracado en Sant Antoni a un total cinco mujeres. Cuatro de ellas reconocieron en el juzgado sin ningún género de dudas a los dos autores de estos robos a mano armada, asaltos que venían seguidos de tentativas de violación.
Sólo la resistencia de las mujeres, todas ellas de nacionalidad británica, a los que los ladrones intimidaban con una pistola, que luego resultó simulada, impidió que se consumaran las agresiones sexuales. Durante la investigación se detuvo hasta cinco personas relacionadas también con delitos de receptación.
El titular del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, Juan Carlos Torres, a petición del fiscal y ante las pruebas presentadas por la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil, ordenó el ingreso en prisión del angoleño G.M.J.C., de 42 años, y del venezolano Luis Hernán R.M., de 29.
Ambos fueron detenidos en el curso de una investigación en la que también se arrestaron a dos colombianos y al también venezolano Ismael R.M., de 32 años y hermano del sudamericano que ha ingresado en prisión por estos hechos. Los dos colombianos quedaron libres con cargos pero están acusados de delitos de receptación, ya que presuntamente se quedaban con los objetos que G.M.J.C. y Luis Hernán R.M. arrebataban a las turistas.
Las pesquisas realizadas por los agentes de la Guardia Civil han permitido poner ante el juzgado pruebas de que los imputados son presuntamente responsables de tres delitos de robo con violencia, otros tantos de agresión sexual en grado de tentativa, un delito de receptación y otro de resistencia a agentes de la autoridad.
Los sospechosos de los atracos actuaron en ses Variades y en la Avenida Doctor Fleming. El primer 'golpe' lo cometieron contra dos chicas a las que abordaron en una de estas zonas. Lo mismo hicieron horas después contra otras dos mujeres. El último asalto lo perpetraron contra una pareja que se hallaba en la playa. Al parecer, el hombre huyó dejando sola a la chica cuando vinieron las dificultades.
Según la información recogida por este periódico, las víctimas relataron que, tras ser asaltadas, los ladrones les quitaban o les subían la falda y luego las amedrentaban con la pistola que portaban. Éstas, sin embargo, pese a la existencia del arma, prestaron fuerte resistencia cuando comenzaron los tocamientos poniendo en fuga a los sospechosos.
Ninguno de los acusados tenía oficio conocido y su presencia en territorio nacional era del todo ilegal.
De todos los sospechosos, sólo Ismael R. M. quedó libre al considerarse que no había pruebas que demostraran que sabía lo que estaba haciendo su hermano. Los indicios aportados por la Policía Judicial se completaron tras llevarse a cabo, en pocas horas, una rueda de reconocimiento en el juzgado que fue decisiva.