EFE / J.M.A.
Los cinco detenidos en Eivissa -tres italianos, un argentino y un
uruguayo- durante la operación antidroga que ha permitido la
desarticulación en la isla de la cúpula de una red internacional de
narcotráfico se encontraban bajo orden europea de detención y
entrega a las autoridades italianas, por lo que próximamente serán
puestos a disposición de la Audiencia Nacional. Ayer, fuentes de la
Dirección General de Policía informaron de que en las próximas
horas, fruto de los interrogatorios a los arrestados, podrían
realizarse en Eivissa más detenciones, aunque es posible que
algunas de las personas relacionadas con esta organización de
narcotraficantes ya podrían haber abandonado la isla.
Fuentes de la investigación informaron también de que la operación «Trabajo», en la que cooperaron las policías de Italia, España, Argentina y Francia, continúa abierta en varios países, después de que anteayer se arrestaran a 60 personas acusadas de asociaciones con finalidad de narcotráfico internacional y se confiscaran 1.500 kilos de cocaína, más de la mitad en Eivissa. Según el Ministerio del Interior, la banda tenía su sede operativa en Eivissa. En la isla se registraron ocho viviendas particulares ubicadas en diferentes puntos de la isla, algunas de ellas en el Paseo Marítimo, un garaje y dos restaurantes, así como un velero de 13 metros de eslora. El barco, con el nombre de «Evadida», era propiedad del presunto responsable argentino de la organización, Diego Emiliano Corzo, y estaba amarrado en el puerto deportivo de Ibiza Nueva.
Además de Corzo, la policía detuvo en la isla a Morgan Marco Ulivieri, presunto jefe de esta organización internacional e hijo de la famosa condesa Garavaglia de Milán. Los agentes arrestaron además en Italia a veinte personas y a otras dos en Francia, todas ellas vinculadas a una organización que se sospecha que se dedicaba al transporte de cocaína desde Argentina a Italia, a través de los puertos de Valencia e Eivissa.
Según los investigadores, la droga llegaba por vía marítima oculta en contenedores embarcados en buques comerciales de carga y posteriormente era transportada a Italia, destino final, camuflada en el interior de potentes vehículos. Al parecer, la tapadera era la exportación de carbón vegetal desde Argentina hasta el puerto de la capital levantina.
Por lo que han podido saber los investigadores, la droga llegaba a Valencia, otras zonas del Levante e Eivissa en dobles fondos de contenedores en los que se transportaba carbón vegetal. Se sospecha que desde Valencia se distribuía la droga a las ricas regiones italianas de Lombardía y Véneto.