Agresiones, insultos, amenazas con cuchillos y pistolas, empujones, problemas con los hijos por quién se queda con la custodia, celos y vidas rotas por el alcohol o las drogas. Son elementos habituales que confluyen en casos de maltrato con los que los juzgados de Eivissa se enfrentan casi a diario. Rara es la semana de guardia en la que al menos no hay media docena detenidos. A veces, incluso el número supera ampliamente esta cifra. Las estadísticas así lo demuestran. Sólo el juzgado de Eivissa especializado en asuntos de malos tratos, el de Instrucción numero 4, ha tramitado desde el pasado verano cerca de 250 casos.
Algunas denuncias esconden simples venganzas de personas despechadas, pero en muchas otras se vislumbran graves problemas de convivencia con grave peligro para la integridad de las víctimas. Los jueces y fiscales se topan ante el problema de que muchos denunciantes, una vez en el juicio, afirman que todo ha sido un malentendido y piden retirar su denuncia.
«Cuéntaselo a tus hijos». Fue una de las frases que con cera dejó escrito sobre la pared de su ex pareja un hombre que fue detenido por la policía el pasado año después de que la víctima llegara a su domicilio y se encontrara con múltiples destrozos en su hogar, así como pintadas insultantes y amenazadoras en toda la vivienda. Los sustos continuaron durante la inspección del hogar. La afectada descubrió que parte de su ropa había sido rajada con la ayuda de unas tijeras. El sospechoso acabó el año pasado en el banquillo y fue condenado a tres años de prisión. Éste es uno de los muchos casos que ya han salido resueltos desde entonces en causas cuya agilidad se han visto favorecidas por la llegada de los juicios rápidos y la nueva normativa que permite a los jueces tomar medidas cautelares inmediatas, como ocurre con las órdenes de protección para los perjudicados.Los elementos a los que se enfrentan los jueces son siempre iguales, pero cambia el modo en que se producen los supuestos malos tratos. Ello ha llevado, incluso, al legislador a intentar hilar fino y crear tipos penales hasta ahora desconocidos como son los delitos de menoscabo psíquico o a encuadrar hechos de trato vejatorio dentro del capítulo que engloba la violencia de género.