Shawn F.W., considerado el cabecilla de una de las bandas del tiroteo de Sant Antoni, pagaba de alquiler 3.800 euros al mes al propietario de una casa rural con piscina en Can Romaní, cerca de Punta Galera. El británico, natural de Liverpool, de 23 años, conducía un todoterreno BMW X5 3.0d y lucía un reloj de 9.000 euros. «Llevaba un buen tren de vida, pero piensas que viene de buena familia. No hablaba español, sólo inglés con un acento muy marcado de Liverpool y siempre demostró buena educación. Yo nunca le pregunté a qué se dedicaba, pero me dijo que organizaba y pinchaba en parties y, desde luego, nunca me pareció un albañil», recuerda el propietario de esta casa de Sant Antoni que tiene 150 metros cuadrados, tres habitaciones, piscina y jardín. En su ciudad, Shawn F.W. se dedicaba a la albañilería y ganaba unas 1.500 libras mensuales. En un principio, para justificar gastos, dijo que se dedicaba a la construcción. Durante el tiroteo iba al volante del BMW. Recibió dos tiros en la espalda pero se ha salvado. Ingresará en prisión en cuanto deje el hospital, de donde se intentó fugar arrojándose por la ventana. En la casa vivía con dos amigos de su misma nacionalidad y con una joven también británica que desde hacía poco tiempo era su compañera sentimental. Tras el tiroteo, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha conseguido dejar fuera de juego a las dos bandas enfrentadas y ha realizado numerosas detenciones, pero aún falta por detener el jefe de uno de los grupos, un marroquí con nacionalidad británica afincado en Eivissa hace años.
El primer detenido fue K.D., británico de 24 años, que fue quien alquiló el Seat León desde el que se disparó a los ocupantes del BMW de Shawn F.W. En este coche, que K.D. quiso hacer creer a la Guardia Civil que se lo habían robado, se encontraron numerosas sustancias estupefacientes. Poco después fueron detenidos H.E., de 19 años; J.P.M.K., de 20; A.C., de 21; y S.F.B., de 27, que se piensa que iban en el BMW.