Los médicos de la Policlínica de Nuestra Señora del Rosario operaron durante la mañana de ayer a L.Y.W, de 19 años, en un intento por sacarla del estado crítico en que continuaba al cierre de esta edición después de que el caballo de trote que montaba la tirara y la arrastrara enganchada en el estribo nada más encabritarse cuando entraba en la pista del hipódromo de Sant Rafel.
Algunas fuentes relataron ayer que dicha acción tuvo lugar cuando el caballo que montaba A.T.P., la joven de Sant Jordi de 17 años que también se hallaba en ese momento practicado equitación en las mismas instalaciones, cayó de su caballo tras tropezar su montura o hacer un requiebro inesperado, según una de las versiones que barajaba la Conselleria de Esports. Otras fuentes próximas a la familia de esta chica señalaron que, según sus datos, ello ocurrió posteriormente, al asustarse el animal cuando vio al otro equino dirigirse directamente hacia él. A.T.P. continuaba al cierre de esta edición ingresada en la UCI de la Policlínica del Rosario pero experimentaba una evolución favorable tras la operación a la que fue sometida poco después de sufrir el accidente, del que informó ayer Ultima Hora Ibiza y Formentera.
Ninguna de las chicas era una amazona experta. Ambas carecían de licencia federativa y todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en señalar que no estaba usando casco de equitación cuando se vieron arrojadas de sus monturas, caballos habituados a la competición de trotones y no destinados al galope.
Las dos jóvenes tampoco llegaron juntas ni tenían amistad entre sí. A.T.P. era más conocida en el hipódromo porque su novio poseía caballos y ella solía ir frecuentemente a hacerle compañía. El caballo que montaba era, en teoría , menos peligroso, al ser un animal veterano y supuestamente templado por lo avanzado ya de su edad -más de once años, según aficionados a la equitación preguntados por este periódico.