Fue en un intervalo de tiempo muy breve a primera hora de la tarde y resultaron de poca entidad, afortunadamente. Los tres incendios consecutivos que tuvieron que atender los operarios del parque de Bomberos del Consell d'Eivissa no supusieron mayor problema que el de alcanzar puntos bien separados entre sí: la calle Mallorca de Vila, junto a Ignasi Wallis, un cañizal en la carretera de Sant Joan y un pequeño foco en el patio de una casa en la calle Clavel, en ses Païsses de Sant Antoni. Tan solo la intoxicación de una mujer, de entre 60 y 70 años que quedó en observación en el hospital Can Misses, en cuya cocina comenzó un pequeño incendio que no revistió al final mayor gravedad que el de arruinar una sartén, puso un poco de sombra en una jornada que, de pronto, se convirtió en muy intensa para los operarios de guardia. El fuego de los cañizos fue rápidamente sofocado, como también el del patio en Sant Antoni.