El comandante de un avión procedente del Reino Unido y que tenía que tomar tierra en Eivissa ayer sobre las trece horas reclamó la presencia de los bomberos en al pista de aterrizaje, ya que, según informó a las autoridades portuarias, había advertido la presencia de humo y un fuerte olor a quemado en el interiro de la cabina de la aeronave, confirmaron ayer fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) desde Mallorca. El aterrizaje se realizó con total normalidad, el avión se detuvo sin incidentes y los pasajeros abandonaron el avión sin mayores consecuencias.
La única consecuencia derivada de este incidente fue que los aviones que tenían que despegar tras este aterrizaje tuvieron cierto retraso, confirmaron desde dos compañías aéreas, restrasos que por otra parte apenas alcanzaron los quince mintuos.
No obstante, el avión permaneció un tiempo prudencial en la zona destinada para los aviones averiados, al margen de la única pista de despegue y aterrizaje del aeropuerto pitiuso.
El avión era un Boeing 737 de la compañía británica Thompson Fly, que opera con TUI y de cuyo handling se ocupa Iberia. Este diario intentó ponerse en contacto con algún responsable de cualquiera de estas tres compañías, pero no lo consiguió. La aeronave llevaba 147 pasajeros a bordo, además de la tripulación, y ninguno de ellos sufrió ningún percance.
Al parecer, el incidente causó en un primer momento la lógica alarma en el aeripuerto, cuyas autoridades llegaron a decretar por un breve espacio de tiempo el estado de emergencia.