Medio centenar de personas formaron parte del dispositivo que ayer se reunió para tratar de encontrar por tierra, mar y aire al turista checo de 50 años que, practicando senderismo, se adentró el miércoles en el Pla de ses Formigues sin que desde entonces se sepa nada de su paradero.
A los primeros medios del operativo de búsqueda se unieron ayer un helicóptero «Halcón» del Govern y el equipo de rescate canino de la Direcció General d'Emergències. Uno de los ejemplares, la perra Ona, falleció como consecuencia de un golpe de calor.
Una psicóloga estuvo durante todo el día atendiendo a la mujer del turista. Ésta informó de su desaparición tras esperar varias horas en el hotel de sa Cala donde ambos se alojaban y ver que su esposo no regresaba. Ahora se teme que dicha persona haya podido sufrir un accidente y haber caído por un barranco o un torrente al desorientarse entre la frondosa vegetación de la zona.
El excursionista vestía pantalón vaquero y una camisa clara la última vez que fue visto. Todos los intentos por encontrarlo anteayer tarde fueron en balde. Ello motivó que el Govern reforzara la búsqueda con uno de sus helicópteros y con la unidad canina, que hasta ayer contaba con dos ejemplares. La perra fallecida, de raza Golden Retrievers y de dos años de edad, había resuelto con éxito las nueve misiones reales en las que había participado desde octubre. El equipo aún cuenta con Tronc, otro perro que se estaba adiestrando.
A las unidades de Guardia Civil, Policía Local y técnicos de Emergencias del Govern, conjuntamente con voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, se unieron ayer miembros de agrupaciones de toda la isla para poder aumentar el perímetro de rastreo. Las operaciones eran dirigidas desde el campo de fútbol de sa Cala.