La juez sustituta del Juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa, Carmen Robles, tomó declaración ayer por la mañana a los padres de los dos niños fallecidos por intoxicación de humo el pasado sábado en su casa del barrio de la Marina, a él como imputado y a ella como testigo, y tras escucharlos decidió remitir el caso a la Fiscalía de Eivissa, que lo tendrá que analizar por si advierte indicios de delito en la actuación del imputado.
Fuentes judiciales informaron ayer de que ambos se expresaron ante la juez en los mismos términos en que lo hicieron ante la policía. Es decir, el padre explicó que dejó a los niños solos durante unos 15 minutos (no 50, como se dijo en un principio) y que lo hizo para retirar el coche de una zona de carga y descarga (y no para cambiar el tique de la zona azul, como informaron primeramente las fuentes judiciales por error).
Concurrencia
Las fuentes judiciales dijeron que los padres están «destrozados» por lo ocurrido y añadieron que para que se produjera la desgracia que acabó con la vida de los dos hermanos, de dos y tres años de edad, se «tuvo que producir una concurrencia de causas».
Las mismas fuentes indicaron que en el caso de que el padre de los pequeños no los hubiera dejado solos (la madre estaba trabajando en un establecimiento cercano al domicilio familiar en el que se produjo el sucesos y él era el encargado de su cuidado en ese momento) y hubiera permanecido con ellos dormido en el mismo colchón, es posible que en lugar de dos fallecidos habrían sido tres. Las fuentes judiciales también apuntaron al presunto mal estado en el que se encuentra el cableado de la casa, que tiene más de cien años, según varios vecinos, como causa sine qua non para que se produjera la tragedia.
Esta familia de origen ecuatoriano lleva varios años asentada en Eivissa y, según las fuentes judiciales, está plenamente integrada en la isla. De hecho, la pareja, ambos de nacionalidad ecuatoriana, se conoció en Eivissa y los dos hijos nacieron en la isla.
En el caso de que la ahora la Fiscalía no advierta indicios de delito, el caso quedaría archivado En caso contrario, el padre de los pequeños fallecidos podría acabar siendo acusado por dos presuntos delitos de homicidio imprudente, pena castigada con años de prisión.