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Susto en el dique de Botafoc

Los cinco ocupantes del barco hundido en la bocana salieron ilesos

Dos buceadores de los Geas extraen del fondo del mar parte del barco. Foto: G.G.L.

S.P./D.A./J.J.M.

Una barco 'Safari' de la empresa Cruceros de Santa Eulària se fue a pique poco antes del mediodía de ayer a la entrada de la bocana de Eivissa cuando la embarcación con tres pasajeros a bordo chocó contra una roca del espaldón del dique de Botafoc. Tres pasajeros iban a bordo de la 'golondrina' cuando se produjo la vía de agua en el casco de ésta. Todos ellos fueron puestos a salvo por el patrón del barco, un experimentado marino que maniobró con presteza para que pudieran desembarcar con rapidez en la escollera.

El 'Safari', un barco con monocasco de madera con 20 metros de eslora y con capacidad para 150 personas que había zarpado poco antes de Santa Eulària, se hundió a 50 metros de tierra cuando su capitán, con al parecer al menos con otro tripulante, intentaba poner a salvo la nave llevándola a una zona portuaria donde fuera posible repararla.

Fallo humano

El incidente, pese a todo, fue enseguida detectado por los servicios de emergencias. Unidades de Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Autoridad Portuaria y de la empresa de socorristas GSS, se movilizaron enseguida y fue posible rescatar a los tripulantes de la 'golondrina' antes de que ésta terminara de zozobrar. El patrón del 'Safari' explicó a este periódico que todo ocurrió cuando se distrajo por un momento para coger un objeto y sin darse cuenta de que la embarcación por sí sola arrumbaba hacia las rocas que había más cerca de la superficie.

El suceso ocasionó leves retrasos a buques que tenía previsto entrar en el puerto de Eivissa. Durante media hora de «paralizó» la actividad mientras se valoraba la gravedad del incidente y si éste podía afectar al tráfico portuario. Fuentes de la Capitanía Marítima informaron de que el barco llevaba en sus tanques unos mil litros de gasoil, aunque el vertido fue «mínimo».

Así lo corroboró también la consellera d'Interior, María Àngeles Leciñena, que se traslado a Botafoc tras tener conocimiento del naufragio.

La Autoridad Portuaria y la Capitanía Marítima dieron instrucciones ayer para reflotar cuanto antes la embarcación. Las primeras tentativas que se realizaron durante la jornada con la ayuda de una grúa, tras acercar el barco al dique, fracasaron. Hoy está previsto que prosigan los trabajos. Los Geas de la Guardia Civil con el resto del operativo, mientras no paraban de salir restos durante los minutos siguientes al naufragio, tomaron medidas para balizar el sitio del hundimiento y evitar un nuevo accidente con los barcos que pretendían acceder al puerto.

El patrón del barco siniestrado se mostró en todo momento colaborador con los responsables portuarios que se acercaron a él, en el inició de la investigación, para interesarse por su estado y por lo sucedido. Él mismo solicitó enseguida someterse a una etilometría para acallar cualquier sospecha y demostrar que no había ingerido ni una gota de alcohol que pudiera ser atribuible al accidente. Dicha prueba se la realizó posteriormente la Policía Local de Eivissa. El capitán, en cuyo rostro era visible la contrariedad por haber perdido su embarcación, lamento que por una distracción hubiera tocado fatalmente las rocas más exteriores del espaldón del dique de Botafoc.

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