GUILLERMO ROMANÍ
Sergio Maura Costa, de 34 años de edad, falleció ayer en el hospital de Formentera tras sufrir un trágico accidente en el puerto de la Savina. Maura, tripulante de la embarcación Isla de Bes, que habitualmente hace excursiones entre Eivissa y Formentera, se encontraba en el puerto de la Savina tras la llegada de su embarcación y poco después llegó otra, Illa Vedrà, procedente de Sant Antoni, y fue al ir a colaborar en las tareas de atraque de dicha embarcación, coger un cabo para el amarre, cuando sufrió el accidente.
Las informaciones facilitadas por testigos presenciales de los hechos aseguran que poco antes de las doce y media del mediodía, Maura, al dirigirse hacia el barco que llegaba para cobrar el cabo, tropezó con una de las vallas de plástico que hay en la esquina de uno de los pantalanes del puerto deportivo, con tan mala fortuna que cayó de cabeza al agua justo en el momento en el que la embarcación golpeaba contra el muelle por lo que quedó atrapado por la cintura entre el casco del barco y el pantalán. Las heridas internas que le provocó el impacto fueron la causa de su fallecimiento aproximadamente una hora después del accidente.
Quejas generalizadas
Ayer, se escuchaban quejas generalizadas incluso antes de que se supiera que Maura había fallecido. Iban en dos direcciones concretas. En primer lugar, la tardanza de la ambulancia, ya que diversas personas aseguraban que habría tardado media hora en presentarse en el puerto; pero además, marineros que trabajan a diario en la Savina aseguraron que las dos vallas en cuestión, azules y de plástico, llevan un año en el mismo sitio para proteger a los peatones de un punto de toma de agua y electricidad estropeado desde hace, como mínimo un año, lo cual es para ellos una clara falta de mantenimiento por parte de quien corresponda bien por Ports de Balears, bien por la empresa que regenta la marina deportiva. A ello se suma, explicaba una mujer que trabaja en limpieza y mantenimiento de barcos, que las franjas blancas que marcan los pantalanes en sus bordes exteriores no son antideslizantes y como siempre están mojadas acostumbran a suponer un peligro. También comentaba que una compañera suya de trabajo había sufrido un accidente por culpa de esa pintura que no es la adecuada.
Las tripulaciones de ambas embarcaciones, en la que navegaba Maura y la que había ido a ayudar en el atraque, estaban a mediodía de ayer literalmente destrozadas, y la llegada en taxi náutico de familiares del fallecido que se dirigieron rápidamente hacia el hospital, no contribuyó justamente a levantar los ánimos de los hombres de la mar que estaban en los bares cercanos al lugar en el que se había producido el luctuoso accidente.