Jonathan Blanch, el indigente francés que fue hallado muerto el pasado miércoles en las escaleras de la calle Alfonso XII de Vila, fue presuntamente pateado en el suelo por el compatriota que detuvo anteayer la policía como sospechoso de homicidio después que ambos se enzarzaran en una violenta pelea y cayeran juntos intercambiándose golpes. Se da la circunstancia de que el fallecido había sido dado por desparecido en su país.
El juez Juan Carlos Torres ordenó ayer tarde el ingreso en prisión sin fianza de esta persona, identificada como A.D.Y., de 25 años, al entender que, su acción, pudo ser decisiva en su fallecimiento. El otro detenido en la investigación, el rumano O.A.M., de 23 años, quedó en libertad provisional. Se supone que fue un mero testigo de una discusión que tuvo lugar cuando todos los implicados bajaban de sa Penya. El juez decidió ayer mantener el secreto de sumario sobre este caso.
Blanch, antiguo ocupante del edificio abandonado de la Comandancia, vivía ahora con los dos detenidos después de haber dejado este inmueble hace ahora mes y medio. Al parecer, la víctima y el hombre que se presupone autor material del homicidio habían tenido otras discusiones que habían acabado con un intercambio de golpes. El joven que ayer ingresó en prisión prefirió no declarar. Éste , tras recibir el alta hospitalaria, fue trasladado al juzgado. Durante su corta comparecencia ante el juez se limitó a señalar que todos ellos iban muy bebidos y que cayeron juntos por las escaleras, dando a entender que todo fue accidental.
Indicios
El juez Torres, sin embargo, determinó la medida cautelar de prisión provisional al considerar que existen «indicios» que apuntan a la posibilidad de que Blanch fuera víctima de un homicidio doloso y no de un mero accidente.
La autopsia concretó que Blanch, un hombre que llevaba ocho meses en la isla, y que apenas hablaba castellano, pereció como consecuencia de un golpe fatal en el golpe del cráneo.
La investigación se va a centrar ahora en aclarar si alguno de los golpes que presuntamente le infringió A.D.Y. pudo acabar con su vida. El sospechoso, que ayer fue entregado en el juzgado con un collarín, fue hospitalizado en Can Misses como consecuencia de las lesiones que sufrió en la pelea. Según los mismos indicios, el otro detenido, el rumano O.A.M., localizado anteayer por la policía, al ver lo que ocurría se acercó al ver tendido en el suelo a Blanch, momento en el que se manchó de sangre, hecho que permitió también relacionarle con el suceso.
El juzgado está pendiente en los próximos días de recoger el testimonio de al menos una tercera persona que se supone presenció la pelea entre el ahora reo y la víctima. Al parecer, dicha persona, también residente en el mismo piso con los dos detenidos y el fallecido, presenció la reyerta y él mismo decidió llamar a Comisaría cuando sopesó la posibilidad de que Blanch hubiera fallecido. La pelea se produjo en las escaleras de la calle Alfonso XII, en el límite entre los barrios de sa Penya y la Marina, cuando eran cerca de las seis de la madrugada. Al menos otras tres personas acompañaban a Blanch cuando bajaba de sa Penya. Los motivos concretos de la reyerta que desembocó en su muerte no han trascendido pero la policía no ha descartado que ambos tuvieran una discusión por drogas o dinero.