A la espera de una nueva resolución judicial que les confirme la sentencia o varíe el fallo que los condeno por un suceso que acabó con un guardia civil de Sant Antoni herido en la cara tras ser golpeado con una barra de hierro oxidada de grandes dimensiones. Así se encuentran dos jóvenes que trabajaban de camareros en un hotel de la bahía, uno de nacionalidad española y otro italiana, después de que el pasado mes de mayo fueran juzgados tras ser sorprendidos cuando presuntamente desvalijaban una caseta del Passeig de ses Fons de Sant Antoni en la que había una bicicleta y uno de ellos se resistiera a la detención.
La titular del juzgado de lo Penal número 1, Clara Ramírez de Arellano, impuso al principal acusado tres años y medio de prisión y a su supuesto compinche seis meses. El caso se encuentra recurrido ante la Audiencia Provincial.
Se da la circunstancia de que la intervención policial, efectuada por una patrulla del puesto de la Guardia de Civil de Sant Antoni que de madrugada llevaba a cabo labores para prevenir la delincuencia, motivó que el instituto armado relacionara este hecho con una sucesión de robos de bicicletas en esta misma localidad. Los dos acusados, sin embargo, negaron que estuvieran desvalijando la caseta y que hubieran actuado expresamente para apoderarse de una bicicleta vieja que se veía desde las cristaleras de la estructura. Por contra, afirmaron el día del juicio que sólo querían hacer una gamberrada. «Íbamos muy borrachos y fue para hacer la gracia», comentó uno de los sospechosos durante la vista oral.
Destrozos
Los daños ocasionados en la caseta, utilizada en el puerto para expender billetes de barco, fueron valorados en 646 euros, suma a la que habrá que añadir la indemnización que corresponde al agente afectado. En el juicio, el joven que presuntamente lo agredió afirmó que él no lo atacó y que éste, según sus palabras, «debió de herirse solo al caer».