El ibicenco A.M.F. ha sido condenado a dos años y dos días sin poder conducir y seis meses de prisión por dos delitos contra la seguridad vial. Un año y un día de retirada del carné es por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas y el otro año y un día por negarse repetidamente a realizar la prueba de la alcoholemia, al igual que los seis meses de cárcel, tal y como señala en su sentencia la juez Martina Rodríguez Caritg, magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa. Por conducir ebrio también ha sido condenado a una multa de 1.350 euros y a 33 días de trabajo en beneficio de la comunidad.
Pero también ha sido condenado por una falta de daños a pagar una multa de 50 euros y a indemnizar a la comunidad de propietarios con la cantidad correspondiente a los desperfectos que causó, que es inferior a 400 euros. A.M.F. destrozó un foco en el edificio Brisol, en Vila.
Los hechos por los que ha sido condenado ocurrieron a las dos y media de la tarde del 6 de febrero de este año. Según la sentencia, el condenado conducía un vehículo de su propiedad y «había ingerido una importante cantidad de bebidas alcohólicas».
En el retén
Se detuvo en la zona del edificio Brisol y allí tuvo una discusión con unas personas no identificadas que no le permitían tocar el timbre de un prostíbulo, por lo que «muy enojado», se indica en la sentencia, rompió a patadas un foco propiedad de la comunidad de vecinos del edificio cuyo valor es inferior a 400 euros, por lo que el acto ha de considerarse una falta y no un delito.
Alguien requirió la presencia de la Policía Local de Vila en la zona. Cuando llegaron los agentes, fue sometido a la prueba del alcohol con un etilómetro portátil y dio positivo, por lo que fue trasladado al retén para realizar el test con un aparato de precisión. Allí se negó a soplar en repetidas ocasiones a pesar de que los policías le advirtieron de que esa actitud acarrea la comisión de un delito.