Sin pistola y con una condena en España de seis meses de prisión. Éste ha sido el resultado de un proceso que se inició hace casi cinco años en Eivissa por tenencia ilícita de armas después de que la Guardia Civil se incautara en el aeropuerto de una pistola de la Primera Guerra Mundial apta para disparar y munición que fue hallada en el interior de una maleta abandonada en la terminal.
Las investigaciones emprendidas por el Instituto Armado fructificaron con la identificación del propietario del arma, un alemán de 73 años residente en Formentera, persona que carecía de cualquier tipo de permiso europeo para su posesión. La inspección efectuada por la Benemérita evidenció que tal reliquia, pese a su antigüedad, estaba en perfectas condiciones para su uso. La pistola en cuestión, una Mauser calibre 6,35 milímetros, iba envuelta en una toalla y estaba cargada con ocho balas. Junto a ella, se descubrieron una caja con otras 10 balas del calibre 6,35 mm, así como otros dos paquetes de la marca Magnum, del calibre 22, con 50 proyectiles cada una, y un tercero con ocho balas.
«Recuerdo de familia»
El acusado, cuyo caso fue visto en su ausencia por enfermedad hace pocas semanas en el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, alegó a través de su defensa que era un «recuerdo de familia» que pertenecía a su padre y que la había encontrado por casualidad en su casa de Formentera. Se ignora qué pasado tuvo la pistola, un modelo cuya fabricación parte de 1910 y que , tras la Primera Guerra Mundial, fue usada por la Legión Cóndor en la Guerra Civil Española y, en la década de los 30, por unidades de la Luftwaffe y la Kriegsmarine, los cuerpos de la aviación y la marina militar alemana, respectivamente.
Vuelo a Nuremberg
La juez Martina Rodríguez ha considerado probado que el acusado introdujo en una maleta el arma y la munición que fue facturada en un vuelo con el que la compañía Air Berlin unió el 2 de septiembre Eivissa con la ciudad germana de Nuremberg.
La maleta, sin embargo, no viajó porque los sistemas de seguridad de la terminal aeroportuaria funcionaron a la perfección y la Mauser junto con la munición fueron interceptadas. Nadie reclamó la maleta. Cuatro meses después se abrió el equipaje y una documentación hallada dentro sirvió de pista para localizar al dueño de la pistola. Éste afirmó que la llevaba a Alemania para inutilizarla y poder conservarla.