El Tribunal Supremo (TS) ha rebajado de trece a cinco años de cárcel la condena, impuesta por la Audiencia de Palma, contra el ex concejal de Urbanismo de Palma, y en su día máximo responsable del Insalud en Balears, Javier Rodrigo de Santos por abusos sexuales y contra la salud pública.
Rodrigo de Santos ya tiene en su contra otra sentencia de dos años de cárcel por malversación de fondos, por gastar cerca de 50.000 euros de las arcas municipales en clubes de alterne masculinos.
De este modo, el ex concejal afronta una pena total de siete años de privación de libertad. De Santos estuvo en prisión preventiva desde el 27 de junio de 2008 al 27 de marzo de 2009. Después volvió a ingresar en la cárcel el 12 de noviembre de 2009, por lo que acumula ya más de un año y medio de cumplimiento de condena.
A finales del pasado mes de octubre, la Audiencia de Palma condenó a 13 años de cárcel a Rodrigo de Santos por abusar sexualmente de dos hermanos chilenos cuando estos tenían 14 y 16 años de edad, y también le impuso un año y medio de cárcel por un delito de tráfico de drogas.
Amigos
Los menores eran amigos de los hijos del condenado, dado que ambas familias se habían conocido a través de un grupo neocatecumenal que se reunía en la parroquia de Son Oliva.
Los abusos se cometieron en casa de Rodrigo de Santos cuando los menores se quedaron a dormir allí , a finales de 2007.
Respecto al chico de 16 años, Rodrigo de Santos fue condenado a cinco años por abusar sexualmente de él. El chico se despertó, de madrugada, una noche que se había quedado a dormir en casa de Rodrigo, y lo sorprendió mientras le hacía una felación, sin que el menor llegara a tener una erección.
Cuando Rodrigo se dio cuenta de que el adolescente se había despertado, cesó en la práctica, le dijo que no se preocupara y que no pasaba nada, y salió de la habitación.
Respecto al hermano de 14 años, Rodrigo fue condenado a siete años porque una noche que durmió en su casa introdujo la mano entre sus sábanas y le tocó los genitales. Luego regresó a la habitación, se acercó a su cama, lo destapó, comenzó a realizarle una felación, logró que el menor tuviera una erección, momento que aprovechó para subirse a horcajadas en la cama y hacer que el menor lo penetrara analmente hasta que el joven eyaculó.
El problema de la edad
El Supremo confirma que se produjeron estos hechos, pero anula la condena de siete años de prisión, porque en el relato de los hechos probados de la sentencia no se certifica que se produjesen sin el consentimiento del menor. En este sentido, el tipo de abuso solo niega a relevancia a tales efectos al consentimiento formal de quien es menor de trece años, y el chico tenía 14. También se le anula la condena de un año y medio de cárcel, por lo que finalmente la pena pasa de trece a cinco años.